Desde que los nuevos teléfonos de Apple salieran a la luz todo el mundo se pregunta lo mismo: ¿son tan buenas las cámaras del iPhone 11 Pro como dices? ¿merece realmente el precio que cuesta? Bien, es el momento de que te responda a esas preguntas. Continúa leyendo.
iPhone 11 Pro, análisis en vídeo
iPhone 11 Pro, un déjà-vu constante
Desde hace varias generaciones es probable que tengas la misma sensación que yo: el iPhone no ha evolucionado nada en términos de diseño. No te culpo por ello. Miras un iPhone X y miras un iPhone 11 Pro y la sensación es la misma. Similares proporciones, botonería, marcos en pantalla –ay, los marcos- y hasta mismo notch.
Apple no ha evolucionado nada en ese sentido y parece estar estirando como un chicle una idea que hace un par de años lucía genial pero que a días de hoy se siente algo atrasada, especialmente si la comparamos con otros topes de gama en el mercado como el Note 10+ de Samsung, el P30 Pro de Huawei, con sus bordes infinitos y en definitiva un dibujo más futurista y de teléfono premium. Hasta el OnePlus 7 Pro, que se coloca en los 800 euros, tiene un diseño más impactante visto de frente que el iPhone 11 Pro. Qué cosas.
Como ya comento en el vídeo -que te recomiendo encarecidamente que veas-, al menos Apple compensa este estilo old fashioned con un cuerpo muy manejable en la mano, una sensación robusta (es lo que tiene una buena construcción y unos bordes de acero inoxidable) y, sobre todo, con una nueva pantalla OLED Super Retina XDR. Esta cuenta con una resolución de 2.436 por 1.125 píxeles (su densidad es de 458 píxeles por pulgada), un contraste de infarto (de 2.000.000:1) y un brillo que también abruma: 800 nits, por norma general, y hasta 1.200 si reproduces contenido en HDR.
Esto ayuda a que mirar la pantalla de este iPhone 11 Pro sea una gozada. La definición es muy buena, los colores están bien contratados a la par que resultan muy naturales y su brillo es inigualable. Usarla en exteriores es una gozada y qué decir consumir contenido multimedia de calidad.
Esta pantalla es además más eficiente (en términos energéticos) que nunca. Y te preguntarás, ¿y eso en qué influye? Pues en la autonomía, la cual, gracias también a una batería más grande (un 25% ni más ni menos) y a las obras y milagros del nuevo procesador -del que ahora te hablaré-, consigue alargarse hasta 4 horas respecto al iPhone XS y hasta 5 horas si hablamos del iPhone XS Max.
Evidentemente medir semejante cifra es imposible en términos prácticos, pero si que puedo confirmarte algo que te dejará satisfecho: la autonomía de este teléfono es fantástica. Después de un uso bastante alto del teléfono (haciendo fotos, grabando vídeo, instalando apps, navegando por internet, consultando redes sociales y hasta usándolo como punto de acceso (por un corto periodo de tiempo, eso sí)), el teléfono ha sido capaz de aguantar casi dos jornadas, poniéndose al nivel de sus rivales más directos.
En caso de que necesites un chute rápido, que sepas además que en la caja de este terminal encontrarás (al fin) un nuevo adaptador de 18W, perfecto para sacar provecho a la carga rápida del iPhone 11 Pro, que, por cierto, sigue soportando además la carga inalámbrica, por supuesto. El enchufe se acompaña de un nuevo cable también, de USB‑C a conector Lightning, al que tendrás que comprarle un adaptador si quieres enchufarlo a tu portátil y este carece de puerto USB Type C. Tenlo en cuenta.
En cuanto a experiencia de rendimiento, tienes por un lado un nuevo procesador, A13 Bionic, que es una auténtica bestia. Lo dicen los benchmarks y te lo confirmo yo, después de comprobar lo rápido que va todo en este iPhone 11 Pro -y eso que solo monta 4 GB de RAM; eso sí que es aprovechar y optimizar recursos. Un sistema operativo hecho a medida también ayuda. iOS 13.1 (recuerda que fue actualizado hace apenas unos días por los bugs de iOS 13) se encarga de gestionar todo a la perfección, aportando además ciertas mejoras que seguro que aprecias como usuario de la plataforma: hay cambios en ciertas apps con nuevas opciones, un teclado que ahora soporta la escritura por deslizamiento y hasta las opciones de edición en foto y vídeo son ahora más completas -deben acompañar a las cámaras, claro. Además, encontramos el nuevo y esperado modo Oscuro, que es precisamente el que he utilizado en este teléfono todo el tiempo.
Llega el momento perfecto de hablar de la espalda del teléfono, siendo el hilo conductor perfecto para nuestro siguiente apartado. Apple apuesta en sus ediciones Pro por un cristal en su parte trasera de acabado mate y muy resistente -o eso promete la marca, claro. La palabra «iPhone» ha desaparecido y la manzana está al fin perfectamente en la zona trasera del teléfono. Supongo que todo esto no son más intentos de limpiar y minimizar al máximo cualquier elemento de distracción y es que las cámaras se llevan el protagonismo: nada menos que tres lentes enmarcadas en un recuadro de acabado brillante que, aunque me sigue pareciendo feo estéticamente, reconozco que termina pasando más desapercibido con el paso de los días.
Las cámaras del iPhone 11 Pro
Después de la intensidad con la que se ha hablado y debatido acerca de las cámaras del iPhone 11 Pro (y Pro Max, recuerda que son las mismas), qué menos que dedicarle una sección aparte en la que podamos explayarnos.
Como bien sabes a estas alturas, los modelos Pro este año cuentan con nada menos que tres cámaras: una angular, con 12 MP y una distancia focal de 26 mm, que actúa como cámara principal; un teleobjetivo, de 12 MP, distancia focal de 52 mm y zoom óptico de 2 aumentos (exclusivo de los Pro, el iPhone 11 no lo tiene); y una nueva cámara ultra gran angular, con 12 MP, distancia focal de 13 mm y que aporta sin duda un nuevo punto de vista nunca disfrutado antes en el iPhone.
Con la cámara principal, te lo adelanto ya, vas a obtener unas fotografías excepcionales, con colores muy naturales, una excelente compensación de la luz y un nivel de detalle magnífico. Es una cámara muy rápida y los resultados, incluso en escenas donde la luz comienza a escasear, son muy, pero que muy, buenos, con un manejo además del HDR fantástico.
De nuevo aquí el antes mencionado chip Bionic A13 entra en acción: este procesador se encarga de analizar en tiempo real las escenas para ajustar la exposición por zonas de manera inteligente, teniendo en cuenta rostros y paisajes. ¿El resultado? Fotos con HDR mucho más naturales.
Por otra parte, con el teleobjetivo seguiremos haciendo ahora los famosos retratos del iPhone y los resultados volverán a ser tan llamativos como antes (incluso en ambientes de poca luz), mejorando ahora más todavía el desenfoque de fondos. El zoom de 2 aumentos se siente algo corto después de haber probado los zoom ópticos de otros teléfonos mucho más potentes (¿alguien dijo Huawei P30 Pro?), pero no te va a quedar otra que lidiar con ello.
En cuanto al ultra gran angular, se va a encargar, como decía, de abrir el campo de visión, suponiendo una de las grandes novedades fotográficas de este iPhone. Con 13mm de focal, podrás hacer fotos con una visión muy peculiar, ya que tendrás más perspectiva que si usaras el gran angular principal. Es más cuando estás usando la cámara principal, el propio teléfono se encargará de mostrarte aquellos que te estás perdiendo y podrías capturar con el ultra gran angular, gracias a un vistoso efecto en la interfaz que transparenta las franjas laterales de encuadre y que puede llegar a ser bastante útil en ciertas situaciones.
Esta cámara está genial para capturar exteriores, sin embargo, vas a tener que asegurarte de no hacerlas por la noche. Y es que el rendimiento del sensor cae estrepitosamente en escenas con poca luz, siendo superados por teléfonos como el Galaxy Note 10+ y el Huawei P30 Pro sin problemas -fíjate en la segunda imagen, a continuación, cómo se «pierden» las letras o las propias molduras de la ventana en comparación con los citados teléfonos de la competencia. A diferencia de otra veces que Apple llega tarde pero haciendo malabares, esta vez sigue llegando a destiempo y sin una buena ejecución.
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Seguro que has escuchado en estos días eso de que «las tres cámaras del iPhone funcionan a la vez» y «parecen una sola». Y es que Apple ha desarrollado su sistema fotográfico con la idea de que las tres estén todo el rato trabajando (de nuevo A13 Bionic al rescate) y una clara muestra de ello es que su nueva interfaz de paso de lente a modo de dial te permite hacer un zoom progresivo de manera muy controlada. Parece totalmente que hay solo una única lente en el teléfono (como si fuera el zoom de una reflex), capaz de pasar de un zoom óptico de 2 aumentos a un ultra gran angular de 13 milímetros con el solo acompañamiento de una sutil vibración que no hace más que redondear la gustosa experiencia.
Este paso progresivo de una lente a otra es posible gracias a la distribución de las cámaras y es que ¿creías que el hecho de que las cámaras formen un triángulo equilátero es casualidad? Al mantener la misma distancia entre ellas, se consigue una perspectiva similar entre las lentes, de forma que podamos pasar de una a otra casi sin notar el cambio.
Y digo «casi» porque por mucho que diga Apple, notarse sí se nota, solo que de manera muy disimulada. Hay que tener en cuenta que cada lente requiere de unos ajustes de color y balance de blancos que, por muy disimulados que estén, siguen quedan patentes con ligeros cambios de temperatura de color al cambiar de focal. Aún así, repito y subrayo: el trabajo que ha realizado Apple aquí es simplemente magnífico y está muy conseguido.
No puedo hablarte de las cámaras del iPhone 11 Pro sin hacer referencia al nuevo modo noche. De nuevo, Apple llega aquí más tarde que el resto de competidores, pero en esta ocasión lo hace rozando la perfección y con resultados que son increíblemente sorprendentes. Y es que el iPhone 11 Pro consigue iluminar escenas que estaban completamente a oscuras por arte de magia, superando en la mayoría de ocasiones a los resultados de Pixel 3, P30 Pro y Note 10+.
La experiencia para el usuario es muy sencilla: el teléfono detecta automáticamente cuándo se necesita el modo noche y cuántos segundos de exposición son necesarios para obtener los mejores resultados, aunque también podremos activarlo cuando nos plazca. Lo que no podrás elegir es el tiempo de exposición de las fotos -como sí ocurre en los modos manuales de las cámaras Android-, limitando un poco la liberta en ciertas situaciones.
Sin modo noche activado
Con modo noche activado
La cámara ultra gran angular, por cierto, no soporta el citado modo noche, aunque me temo que muy posiblemente se haya hecho así de manera deliberada para no poner en evidencia, aún más, las carencias de esta lente.
También la grabación de vídeo con este iPhone se ha visto notablemente mejorada. Buenos colores, equilibrio de la luz y una increíble estabilización -en serio, es fantástica- transforman a este teléfono en una potente herramienta de grabación de vídeos -en nuestro video análisis tienes varios ejemplos-, con posibilidad de capturas en 4K a 60 fotogramas por segundo. La versatilidad de las tres cámaras te va a permitir grabar en muchas situaciones distintas, de manera que tendrás diferentes recursos a los que acudir para tus grabaciones. Eso sí, el ultra gran angular (otra vez) no tiene estabilización óptica de imagen como sus hermanos. Cuidado con eso ya que el resultado cambia.
¿Una pega «menor» que he encontrado? Pues que no se puede pasar del gran angular (zoom 1X estándar) a ultra gran angular mientras estamos grabando a 4K y 60 fps, obligándote a parar y reanudar la grabación si quieres cambiar de objetivo. Esto no ocurre en otras resoluciones de grabación pero resulta un incordio cuando estés capturando al máximo. Según explicó Apple en la presentación de su teléfono, habrá aplicaciones de terceros como Filmic Pro que nos permitirá grabar con todas las cámaras de manera simultánea en las que no deberíamos encontrarnos con estos pequeños detalles, pero tendremos que esperar a que esté disponible para comprobarlo. Veremos.
Igualmente me parece muy mal implementado que sigamos sin poder cambiar la resolución de grabación en la propia interfaz de la cámara. Para hacer cambios tienes que ir obligatoriamente a los Ajustes del sistema, entrar en Cámara, acceder a Grabación de vídeo y, solo entonces, seleccionar la resolución deseada. Un auténtico atraso.
Y qué decir de los selfies y por tanto de su cámara frontal. También ha mejorado con una subida de resolución (la cámara frontal salta de los 7 MP a los 12 MP), con ajustes en la estabilización y posibilidad de grabar también en 4K a 60 imágenes por segundo. Los selfies en modo retrato son fantásticos y solo se le puede poner de pega que en ambientes de poca luz el resultado decae bastante, pero también era algo a esperar y un mal que suele repetirse en todos los terminales. Llamativo resulta por cierto el efecto de gran angular que han implementado con un simple giro de pantalla. No es más que un truco de software. Y es que esta nueva cámara incluye una nueva lente más angular que la del iPhone XS que, por defecto, se muestra recortada. Al girar el teléfono, se «expande», adoptando entonces su cobertura real y dando la sensación de que cambiamos de lente entre dos cámaras frontales.
Muy de pasada mencionaré los slofies. Estos vídeos-selfies a cámara lenta fueron presentados como «la gracia» del teléfono y tal y, como me temía, más allá de hacer «la gracia» un par de veces, no se me ha ocurrido volverlo a utilizar. Algo totalmente accesorio que, bueno, está ahí. Y ya.
¿Merece la pena el iPhone 11 Pro?
Después de leer mi repaso al teléfono, tendrás más que claro que el trío de cámaras no solo aporta personalidad estética al smartphone: también conforma sin duda uno de los conjuntos más completos y sólidos que he visto nunca en un iPhone, sin que ello signifique que esté libre de fallos. Estos «peros», sin embargo, quedan en un segundo plano cuando se trata de catalogar el sistema fotográfico del iPhone 11 Pro como el mejor del mercado en su conjunto -a esperas de que dentro de dos semanas Google presente su Pixel 4 en el que tengo muchas (muchísimas) esperanzas puestas.
A nivel de rendimiento tampoco tiene pegas ninguna, su batería ha mejorado notablemente respecto al iPhone Xs y la pantalla, aún rodeada de unos horribles marcos, es realmente buena. En conjunto el teléfono es un auténtico tope de gama, de precio caro y que solo deberías considerar si eres un heavy user de la fotografía o das una importancia extrema a contar con una pantalla en tu teléfono muy «pro».
Pronto te contaré también mi experiencia con el iPhone 11, donde también te daré mi visión global de la pareja y cuál creo que merece más la pena. Ya sabes: no te vayas lejos.
Agradecimientos a GoldenMac por la cesión del iPhone 11 Pro para la realización de este análisis.
Muy buen análisis, me tienta por el tema de la batería. Que la cámara es una maravilla… seguro pero con la del XS más que me sobra.
Si ya te sobra con el XS, no hay necesitad teniendo en cuenta que sigue suponiendo un precio considerablemente alto 😉