Pixel 4 análisis: La belleza está en el interior (pero sigo sin encontrarla)

Pixel 4 analisis

Tenía tantas ganas de probar el Pixel 4, que probablemente coloqué mis expectativas demasiado altas. Esa es la sensación que tengo tras estar una semana probando el nuevo Pixel 4, así que te voy a contar exactamente por qué.

Análisis del Pixel 4 en vídeo

El diseño del Pixel 4

Lo primero que podría llamarte la atención es su diseño. Estamos ante un diseño muy Pixel, quiero decir, nada de florituras, funcional y sencillo. Pero si con el Pixel 3 ya rozábamos lo aburrido, con este Pixel 4 directamente vamos a poner el freno. De frente no vamos a notar grandes cambios respecto al Pixel 3. Es cierto que el modelo XL arregla la horrible y gigante ceja que introdujo el Pixel 3 XL, pero en el modelo normal todo sigue igual. De hecho, podríamos decir que todo sigue idéntico.

Y es que el aspecto estético del Pixel 4 es extraño. Básicamente porque lo que vemos nos suena familiar. Su frontal es algo así como una mezcla entre Pixel 2 y Pixel 3. Parte alta de un Pixel 3 y barbilla de un Pixel 2, aunque más reducida (menos mal). Es normal hablar de los biseles, ya que en un mercado en el que los fabricantes apuran los marcos al máximo, en Google parecen olvidarse de estas preocupaciones y siguen ofreciendo marcos de hace unos años. Esto no tiene porqué ser una mala noticia, pero en realidad, lo es, para qué engañarnos.

La pantalla sigue teniendo biseles visibles, y el marco superior es demasiado grande debido a los nuevos sensores incluidos. ¿Marcos tan grandes a finales del 2019? Seguro que a más de uno le suena a broma.

Al menos esta mala cara la compensa una pantalla con una calidad excelente. Y es que el panel OLED del Pixel 4 se ve francamente bien. Nada que ver con aquellas que se montaron en el Pixel 2 y mejor que la del Pixel 3. La cosa se pone todavía más interesante cuando la encendemos, pero de eso hablaremos más adelante, ya que todavía quedan muchas cosas por contar sobre el plano estético. Por ejemplo, por cómo se siente en la mano.

Aquí tengo sensaciones encontradas, porque, aunque el tacto es bueno, con buen agarre y sin problemas de resbalarse, lo cierto es que estéticamente se parece mucho a un policarbonato. Y es que en realidad estamos ante un chasis de aluminio con un revestimiento mate muy, muy parecido al del Pixel 2 (de nuevo similitudes con el pasado). Es por ello por lo que visualmente parece un teléfono de gama media, donde la mezcla de vídrio y el revestimiento mate la sentimos extraña.

Además, la manera en la que los dos cristales Gorilla Glass 5 se unen con el marco de aluminio no está tan bien apurada como ocurre en el Galaxy Note 10 o el Huawei P30. Estos detalles al final demuestran que el Pixel 4 no compite contra las verdaderas joyas que hay en el mercado. Así de claro y contundente.

El reconocimiento facial

Lo divertido comienza a aparecer cuando encendemos el teléfono. La nueva tecnología de reconocimiento facial ofrece un sistema de seguridad similar a la de los iPhones. Idéntica, podríamos decir. El teléfono proyecta unos puntos invisibles en tu rostro que generan un mapa 3D de tu cara con la ayuda de dos sensores infrarrojos, para así conseguir reconocerte y permitir la identificación en el teléfono. Funciona muy rápido, tanto que en alguna que otra ocasión el teléfono se desbloqueará sin esperarlo, pero tiene un problema, y es que funciona con los ojos cerrados.

Probablemente hayas leído al respecto. El Pixel 4 se desbloquea con los ojos abiertos y con los ojos cerrados. ¿Qué significa esto? Pues que, si estás durmiendo, alguien podría desbloquear tu teléfono colocándolo frente a ti, quedando su seguridad completamente en evidencia. Es algo tan básico que nos resulta extremadamente extraño que Google haya permitido algo así. Pero no hay duda de que eran conscientes de ello, ya que en la letra pequeña del panel de ajustes informan que el sistema podría funcionar con los ojos cerrados.

Sí, el teléfono no se va a desbloquear ni con fotos ni con vídeos de tu cara, pero si te pillan durmiendo, van a poder ver tus fotos y datos personales. ¿Tanta tecnología incluida para que al final se pueda burlar de esta manera? Bueno, Google ha confirmado que incluirá la función de requerir ojos abiertos en el reconocimiento facial en el futuro, pero será a través de una actualización de la que hasta ahora no sabemos nada al respecto. Así que, si quieres máxima seguridad, vas a seguir dependiendo de un código PIN, un patrón o una contraseña. No es desde luego la menor manera de justificar la eliminación del lector de huellas que teníamos presente en el Pixel 3.

La magia del movimiento

Pixel 4 Sensor Movimiento

Otra característica importante incluida es el llamado sensor de movimiento. Es básicamente un radar en miniatura, y Google lo describe como una especie de esfera o burbuja que detecta movimientos cercanos al teléfono. Es muy curioso y funciona de verdad, pero no llega a ser 100% intuitivo, ya que hay ocasiones en las que el sistema no responde a la perfección. Podremos cambiar de canción en Spotify, YouTube Music y otras aplicaciones de música, apagar alarmas o posponerlas, e incluso cancelar llamadas entrantes; pero no podremos ni cambiar el volumen, pausar la música ni nada más allá de estas cuatro acciones.

Para serte sincero, he usado esta función un par de veces. Básicamente porque no hay muchas opciones en las que usarla tuviera sentido y porque no hay ningún tipo de información relacionada que te anime a utilizarla. Está mal implementado, no hay más.

La función aparece cuando una aplicación la soporta, y un resplandor superior indicará que está activa. No es algo intuitivo, la verdad, alguien que no sepa de qué va la tecnología se extrañará al ver esa luz en la parte superior de la pantalla. ¿En qué momento imaginarías que tienes que mover la mano frente a la pantalla? Pues eso, es raro.

Si has estado atento a los movimientos de Google, sabrás que esta tecnología es fruto del Proyecto Soli, un trabajo de investigación que con la miniaturización de un radar prometía poder hacer gestos realmente precisos y diminutos, pero que, de momento, su primera implementación comercial está más cerca de un truco de magia barato que de una auténtica revolución tecnológica.

Pero bueno, no todo es palabrerío en esto del sensor de movimiento. Hay una función que sí resulta útil, y es la de encender el teléfono automáticamente. Aquí el radar lo que hace es detectar la presencia de tu mano dentro de esa burbuja virtual para activar el sistema de reconocimiento y poder desbloquear el teléfono cuanto antes. Es decir, se encarga de despertar al teléfono justo antes de que vas a tocarlo, y así el reconocimiento facial se hará extremadamente rápido. Esto nos genera una duda, y es la de si verdaderamente podrían haber hecho lo mismo con la información del giroscopio, aunque ahora que lo pensamos, esto evita encendidos aleatorios cuando el teléfono está en movimiento. Está claro que la idea funciona.

Es efectivo porque acelera todo y permite que la acción del reconocimiento facial sea extremadamente rápida y natural. Sólo tienes que agarrar el teléfono y pensar en la aplicación que estabas a punto de usar (el teléfono se desbloqueará en la última aplicación que tenías abierta). Esta combinación de tecnología hace que este sistema biométrico sea cómodo de usar, aunque ya sabes, a día de hoy no es 100% seguro por el tema de los ojos cerrados.

90Hz… no tan rápido

Volviendo a la pantalla, algo que esperaba con ganas era poder disfrutar de ese refresco a 90 Hz que iba a ofrecer este Pixel 4, y las impresiones han sido bastante nefastas. Cuando encendí el teléfono por primera vez, lo primero que dije fue… “esto no está funcionando a 90 Hz”. Sí, el Pixel 4 tiene refresco a 90 Hz, pero sólo funciona cuando él lo cree conveniente. Mis sospechas eran acertadas.

Tras probar teléfonos como el OnePlus 7T Pro, sabía a lo que me enfrentaba, así que los primeros minutos con el Pixel 4 me hicieron sospechar. La pantalla no se sentía especialmente rápida ni fluida, y sabiendo que el refresco es dinámico (alterna entre los 60 y los 90 Hz para ahorra batería), era normal pensar que los 60 Hz iban a ser lo normal en el comportamiento diario del dispositivo. Lo que no me imagina es que Google había optado por desactivar directamente el refresco a 90 HZ cuando el brillo supera el 75%. Es una solución horrible que no hace más que confirmar un hecho: la batería tiene una escasa autonomía y Google no quiere arriesgar ni un mAh.

Trabajar continuamente a 90 Hz (se puede forzar desde los ajustes para desarrolladores) generará más consumo energético, y eso son malas noticias para la batería del Pixel 4. Google ha decidido incluir una batería de 2.800 mAh, una capacidad sorprendente (por escasa) para los días que corren, y que lamentablemente se comporta regular. Con el refresco dinámico cambiando de 60 a 90 Hz y un uso normal del dispositivo, la autonomía del Pixel 4 me ha durado prácticamente lo mismo que la del Pixel 3, aunque he tenido días en las que se ha agotado antes de lo esperado (por usar más de lo normal el teléfono). Ya te puedes hacer una idea qué ocurre si usamos el teléfono a 90 Hz todo el tiempo.

Este es sin duda uno de los grandes problemas del Pixel 4, ya que aún sabiendo que la batería ofrecía menos capacidad que la del Pixel 3, Google no ha conseguido hacer nada por estirar la autonomía del dispositivo.

Las cámaras (en plural)

Por primera vez, un teléfono pixel ofrece dos cámaras en su espalda, y para sorpresa de todos, Google ha decidido incluir un zoom óptico de 2 aumentos (1,8 para ser exactos). Es evidentemente una opción que se nos antoja poco sorprendente y casi que podríamos que decir obligatoria a día de hoy. La pregunta es, ¿ha revolucionado Google el planteamiento de las parejas de cámaras del mercado? La respuesta es no.

Si echamos un ojo al aspecto de las cámaras, vemos que llegan envueltas en una especie de marco cuadrado. ¿Esto no lo hemos visto antes? Sí, lo tiene el Mate 20 Pro de Huawei, y lo tiene el iPhone 11, pero claro, estos teléfonos tienen más cámaras que el Pixel 4. El Pixel 3 no tenía problemas en dejar claro que sólo tenía una cámara. No sintió necesidad de ocultarlo y demostró que hacía unas fotos increíbles. Pero con el Pixel 4 siento que Google ha tenido cierto completo de inferioridad, y ha querido lucir similar a sus competidores… sin necesidad.

Si te fijas detenidamente, el Pixel 4 ofrece un conjunto idéntico al del Pixel 3, y las únicas novedades son un segundo sensor y un tercer micrófono. Ese cuadrado a la espalda te podrá gustar más o menos, pero no le veo justificación para los pocos cambios que ha tenido la cámara. Veo un diseño forzado y feo, aunque en este modelo negro no me disgusta tanto, posiblemente porque el color lo disimula.

Pero, ¿y las fotos? Aquí es donde empieza lo interesante. El Pixel 4 hace magia en todo tipo de situaciones, especialmente de día, pero eso es al fin y al cabo lo que ya teníamos con el Pixel 3. El problema ahora es que hay otros protagonistas en el mercado que nos regalan fotos excelentes, como el iPhone 11, por lo que los focos han dejado de apuntar exclusivamente al teléfono de Google. La segunda cámara no aporta nada que no tuviéramos ya en el Pixel 3. Es cierto que, por cuestiones obvias, el zoom óptico nativo va a ofrecer mejores resultados de nitidez, pero lo cierto es que la interpolación del Pixel 3 no lo hacía nada mal. Para colmo, el modo retrato sigue usando la cámara principal para tomar la foto, usando la secundaria (la del zoom), únicamente para medir y triangular distancias.

¿Y qué hacen mientras sus rivales? Además de tener zoom, también apuestan por el gran angular, una focal muy de moda que Google ha preferido pasar por alto. Y sí, la echo de menos.

Vamos a tener retratos muy vistosos, y la incorporación de la segunda cámara va a ayudar a obtener desenfoques más precisos por el cálculo de distancias, pero muchos otros teléfonos del mercado te ofrecen eso y más. Como novedad, el modo HDR+ del Pixel 3 llega activado por defecto sin posibilidad de deshabilitarlo, y aunque antes nos ofrecía en algunas ocasiones imágenes algo exageradas en colores y brillos, el balance de blancos y los ajustes del Pixel 4 corrigen bastante este aspecto. Para compensar el exceso de multiexposición se ha incluido el ajuste doble de exposición, un dial muy práctico que nos permite ajustar luces y sombras a nuestro gusto.

Google sigue demostrando las grandes capacidades de su cámara, de eso no hay duda, el problema es que ahora no será el único que levantará aplausos entre el público. Que se lo digan al iPhone 11. En comparación con el Pixel 3, encontramos fotografías muy parecidas que se diferencian principalmente en el balance de blancos, donde el Pixel 4 hace un excelente trabajo (ahí Google sí lo ha hecho muy bien), pero la sensación que nos queda es que teniendo un Pixel 3, no deberías de preocuparte por el apartado fotográfico del Pixel 4.

Para colmo, los modos de grabación de vídeo se han quedado en un obsoleto 4K a 30 imágenes por segundo en lugar de ofrecer 60 imágenes por segundo (según Google porque dicho modo de grabación requiere mucho espacio en la memoria). Y es que claro, es normal que el fabricante piense eso vendiendo un teléfono con 64 GB.

Teniendo en cuenta todo esto que te he contado, es probable que la imagen que tengas del Pixel 4 es la de un Pixel 3 con un lavado de cara. Pero no sería justo describirlo así, ya que se han incluido muchas novedades en el software. Una grabadora inteligente que transcribe y reconoce digitalmente las grabaciones, controles duales de exposición, HDR+ en vivo, modo de astrofotografía, transcripciones automáticas de lo que suena en pantalla…  vamos, una larga lista de funciones que no dejan de ser eso, software, y que para colmo muchas de ellas están únicamente disponibles en inglés o en territorio americano.

Software para darle valor

Las transcripciones automáticas harán uso del nuevo Pixel Neural Core, un procesador encargado de analizar todo lo que ocurre en el teléfono en tiempo real. Así el teléfono será capaz de transcribir el audio sin necesidad de conexión a internet, gestionar el reconocimiento de nuestro rostro o revelar las fotos para que luzcan mejor nada más pulsar el disparador, y todo ello gracias a esta tecnología. Son funciones interesantes, pero que nos suponen razón de peso para justificar la compra del teléfono, más aún cuando algunas como la astrofotografía o la transcripción de vídeos estarán disponible próximamente en los Pixel 3.

Quién sabe, puede que el Pixel Neural Core sea la llave que traiga futuras novedades. Veremos.

El Pixel ya no es tan Pixel

Creo que Google hizo tan buen trabajo con el Pixel 3, que le ha costado superarse. Además, hay que tener en cuenta que las grandes novedades del Pixel 4 llegan con altibajos, ya que ni el sensor de movimiento es una revolución, ni la batería mejora lo presente, ni la esperada pantalla de 90 Hz ha resultado ser tan sorprendente (por las limitaciones impuestas por software), ni la cámara, la seña de identidad de Google, ha sabido alcanzar un nuevo nivel.

Así que, ¿qué nos queda del Pixel 4? Un teléfono de 759 euros que difícilmente puedo recomendar con una batería tan escasa, y una cámara tan poco versátil que difícilmente destacará ante una competencia tan completa. Si quieres un Pixel, mi consejo es que busques un Pixel 3 a buen precio.


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