Si eres fan de The White Lotus, probablemente ya sepas que esta serie de Max va mucho más allá de su lujosa puesta en escena, sus relaciones tensas o su tono satírico. En cada temporada, los objetos y, especialmente, los libros que leen los personajes son pistas claves que ayudan a comprender su psicología, sus aspiraciones y hasta sus carencias emocionales. Y es que estos libros no aparecen ni mucho menos por casualidad: están cuidadosamente seleccionados para reforzar la narrativa y hoy te lo vamos a demostrar con este recorrido por los títulos más relevantes vistos en las tres temporadas que llevamos de esta entretenida serie. Toma nota.
Primera temporada: Hawái, existencialismo y crítica de clase
Por entonces no le echamos tanta cuenta, pero en el marco paradisíaco de Hawái, la primera entrega de The White Lotus, ya se nos presentaron varios títulos llamativos, especialmente a través de Olivia y Paula, las dos universitarias que destacaban por un detalle poco común en la ficción televisiva: siempre estaban leyendo. ¿Y qué leían? Nada liviano, desde luego.
- The Portable Nietzsche: Esta recopilación de los textos fundamentales del filósofo alemán Friedrich Nietzsche no solo encajaba con la imagen de jóvenes intelectuales que Olivia (Sydney Sweeney) y Paula (Brittany O’Grady) querían proyectar, sino que también evidenciaba su intento de rebelarse contra el mundo privilegiado del que, paradójicamente, formaban parte.
- El género en disputa de Judith Butler: Un clásico del pensamiento feminista contemporáneo. Olivia se lo lanza como una pulla a un invitado masculino, remarcando que sus libros son «accesorios», aunque el comentario irónico denota que, en realidad, dicen mucho más de lo que aparentan.
- La interpretación de los sueños de Sigmund Freud: Es posible que el psicoanálisis de Freud sirva aquí como espejo para las tensiones subyacentes entre los personajes, incluso en escenas inofensivas como leer junto a la piscina.
- La amiga estupenda, de Elena Ferrante: Leído por Rachel (Alexandra Daddario), representa inquietudes internas de una mujer que intenta encontrar su lugar en el mundo. La novela, primera entrega de la saga napolitana de Ferrante, trata temas como la amistad femenina y las diferencias de clase, lo cual refleja muy bien las dudas que siente Rachel en su nuevo matrimonio e identidad.
Segunda temporada: Sicilia, relaciones complejas y lecturas como metáfora
La segunda entrega de The White Lotus se sitúa en Sicilia y utiliza los libros con más sutileza, pero también con mayor carga simbólica. Aquí, los personajes utilizan sus lecturas como escudo, señal de distanciamiento o incluso como comentario visual sobre el estado de sus relaciones.
- Todo está j*dido de Mark Manson: Este ensayo aparece en manos de Ethan (Will Sharpe), personaje atrapado en un matrimonio que se tambalea. Manson aborda cómo, a pesar de vivir en una época de abundancia, la desesperanza es alarmantemente común. Parece el reflejo perfecto de una crisis existencial en un hombre que, aún teniéndolo todo, se siente vacío.
- Desierto sonoro de Valeria Luiselli: Harper (Aubrey Plaza), una mujer crítica y cerebral, se refugia en esta novela que combina narrativas personales y políticas. Se trata de una historia sobre migración, identidad y conflictos familiares.
Los libros en esta temporada ayudan, por ejemplo, a poner un énfasis especial los matrimonios deteriorados, acentuando de esta forma el contraste entre las dinámicas matrimoniales.
Tercera temporada: Tailandia, introspección y celebridades
La tercera temporada, ambientada en Koh Samui, Tailandia, continúa utilizando los libros de forma simbólica, aunque en esta ocasión hay un enfoque más introspectivo y personal acorde con los dramas internos de los nuevos personajes.
- My Name is Barbra de Barbra Streisand: Jaclyn Lemon (Leslie Bibb) lee la autobiografía de la cantante y actriz, un libro de casi mil páginas donde Streisand narra su vida, sus inseguridades, sus amores y su carrera. La elección subraya que Jaclyn, actriz llena de inseguridades bajo su estupenda fachada, encuentra consuelo o inspiración en las memorias de otra mujer fuerte en un entorno despiadado como es Hollywood.
- Hermosos y malditos de F. Scott Fitzgerald: En la tercera temporada también aparece Victoria Ratliff (Parker Posey) leyendo esta novela sobre la élite adinerada estadounidense de los años veinte. La obra retrata la decadencia envuelta en lujo, un paralelo perfecto con la fachada sofisticada de los personajes que oculta inseguridades, tensiones y caos emocional.
- The Essential Rumi de Jelaluddin Rumi: Qué decir de nuestra entrañable Chelsea (Aimee Lou Wood) y su obsesión por el mundo espiritual. Solo ella podía leer la obra de Rumi y hasta hablarle de ello a Saxon, quien no llega a entender del todo la fascinación que tiene por la poesía del místico sufí.
En esta temporada también hemos visto por tanto cómo los libros siguen siendo una herramienta narrativa poderosa. No siempre son fáciles de identificar, pero con el tiempo incluso se ha creado una especie de «club de lectura no oficial» entorno a la serie en el que los espectadores se interesan por estas obras y se animan a leerlas.
¿Qué nos dicen estos libros sobre The White Lotus?
A lo largo de las tres temporadas, se puede identificar un patrón muy claro: los libros son una extensión del subconsciente de cada personaje. No están puestos como simple atrezzo, sino como parte integral de la construcción del mundo que rodea a los huéspedes de White Lotus.
Y es que una de las mayores virtudes de esta serie es su crítica sutil, pero afilada, del privilegio, el clasismo, la identidad y las relaciones de poder. Los libros refuerzan esta crítica mostrando cómo los personajes lidian con su entorno, ya sea usando la lectura como escapatoria, como escudo o como símbolo de estatus. Es interesante ver cómo las elecciones nunca son gratuitas: cada una tiene una función narrativa, reflejando una crisis (como el de Manson), ilustrando una búsqueda de identidad personal (como el de Luiselli o Ferrante) o construyendo paralelismos con el entorno social y emocional que viven (como Fitzgerald y Streisand).
Podríamos decir que incluso la forma en que los personajes interactúan con sus libros -sentados en la cama, ignorando a su pareja, leyendo en la piscina mientras otros beben cócteles- dice mucho de quiénes son y cómo se relacionan con quienes los rodean. Aunque algunos espectadores puedan pensar que se trata de simples guiños culturales, lo cierto es que la producción de The White Lotus cuida hasta el más mínimo detalle.