El negocio clandestino de chips Nvidia en China sigue creciendo pese a las sanciones

  • El mercado negro de chips Nvidia en China ha superado los 1.000 millones de dólares en solo tres meses.
  • Modelos avanzados como el B200, H100 y H200 continúan llegando al país por rutas alternativas, pese a las restricciones estadounidenses.
  • La legalización limitada del chip H20 ha reducido el mercado negro, pero la demanda por GPU más potentes se mantiene alta.
  • Las empresas chinas recurren a servicios de reparación y centros de datos paralelos ante la ausencia de soporte técnico oficial.

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Durante los últimos meses, la presencia de chips Nvidia en China ha sido un tema de debate al más alto nivel internacional. Aunque el gobierno de Estados Unidos ha endurecido de forma significativa las restricciones a la exportación de GPU de última generación, el flujo de estos procesadores hacia territorio chino no solo ha continuado, sino que ha crecido de manera notable.

Según diferentes investigaciones, entre ellas una llevada a cabo por el Financial Times, aproximadamente 1.000 millones de dólares en chips avanzados de Nvidia han sido enviados a China durante los tres meses posteriores a la intensificación de los controles por parte de la administración estadounidense. Este movimiento evidencia las lagunas de las políticas de exportación y la capacidad del mercado chino para adaptarse a los obstáculos impuestos desde Washington.

Cómo llegan los chips Nvidia a China pese a los controles

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Los distribuidores y operadores chinos han encontrado vías alternativas para hacerse con GPU de Nvidia tan codiciadas como las B200, H100 y H200. En muchos casos, estas unidades llegan al país a través del sudeste asiático y otros territorios que no están sujetos a las mismas restricciones. Una parte significativa de las operaciones se realiza utilizando intermediarios que manejan tanto la logística como las gestiones aduaneras, lo que permite que los chips terminen en manos de centros de datos y laboratorios chinos dedicados a inteligencia artificial.

La investigación apunta a que los chips no acaban necesariamente en las grandes tecnológicas chinas, sino que son adquiridos en muchos casos por empresas medianas, firmas sancionadas e incluso operadores de centros de datos independientes. El precio de estos componentes en China es sensiblemente superior al de los mercados autorizados, llegando a costar hasta un 50% más. Por ejemplo, un rack con ocho B200 ronda los 489.000 dólares, aunque ha experimentado bajadas de precio desde su llegada a China en mayo.

En redes sociales chinas como Douyin y Xiaohongshu, distribuidores promocionan abiertamente la disponibilidad de estos chips, mostrando imágenes de los productos en su embalaje original e incluso logotipos de proveedores internacionales como Supermicro o Dell. Pese a la aparente crudeza de las restricciones, no hay escasez, tal y como señalan algunos de los intermediarios consultados.

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Reparación paralela y desafíos técnicos

Las circunstancias derivadas del flujo no autorizado de chips Nvidia han dado lugar a un nuevo “boom” en el sector de la reparación de GPU. Decenas de empresas, especialmente en centros tecnológicos como Shenzhen, han comenzado a ofrecer asistencia a los chips que llegan mediante circuitos no oficiales. El motivo es claro: ninguna unidad adquirida al margen de los canales autorizados cuenta con soporte o garantía oficial, lo que representa un riesgo técnico y económico para sus poseedores.

Estas compañías aseguran poder reparar hasta 500 GPU avanzadas de Nvidia al mes, incluidos modelos como el H100 y el A100, con precios de reparación que oscilan entre 1.400 y 2.800 dólares dependiendo del problema. Los servicios incluyen desde diagnósticos y reemplazos de piezas dañadas, hasta simulaciones en entornos de centros de datos para asegurarse de que los chips funcionan correctamente tras su reacondicionamiento.

Muchas de las GPU llevan procesando datos de forma ininterrumpida durante años, incrementando la necesidad de mantenimiento. La alta demanda de estas soluciones indica que el contrabando de chips avanzados hacia China se ha convertido en un negocio boyante, a pesar de las restricciones y del veto impuesto por Estados Unidos.

Impacto de la llegada legal del chip H20 y reacción del mercado

Un reciente giro de la política estadounidense ha permitido que Nvidia vuelva a vender en China el modelo H20, una GPU con prestaciones adaptadas a las restricciones impuestas por Washington. Esto ha generado una reducción en la demanda de los chips prohibidos en el mercado negro como los B200, según reconocen distribuidores locales. Sin embargo, la diferencia de potencia y precio hace que muchos clientes sigan apostando por modelos más avanzados, incluso a pesar del riesgo y del sobrecoste que implica su adquisición y mantenimiento.

El mercado negro sigue activo, con distribuidores promocionando la disponibilidad de unidades más recientes, como la B300, cuya fabricación masiva todavía no ha comenzado. Esto demuestra que, aunque la oferta legal se normalice, la pugna tecnológica entre China y Estados Unidos continuará incentivando la búsqueda de alternativas por parte de las empresas chinas.

La posición oficial de Nvidia y la tensión geopolítica

Durante este periodo, Nvidia ha mantenido una postura diplomática, negando tener constancia del desvío de sus productos restringidos hacia China y recordando que solo puede brindar soporte técnico a quienes compran mediante los canales oficiales. Jensen Huang, CEO de la compañía, ha llegado a elogiar públicamente los avances de China en inteligencia artificial e incluso ha situado a otros fabricantes chinos, como Huawei, a la altura de sus propias soluciones tecnológicas.

No obstante, la realidad es que la presencia de chips de Nvidia en China sigue siendo un pilar para el avance de la inteligencia artificial en el país asiático, que representa cerca del 13% de los ingresos globales de la compañía. Esta situación genera un equilibrio complejo, en el que la empresa trata de conservar su cuota de mercado sin comprometer las normativas internacionales ni su relación con el gobierno estadounidense.

Frente a controles más estrictos en países del sudeste asiático y la aparición de vías alternativas de suministro, la situación apunta a un escenario cambiante en el que la adaptabilidad y la creatividad serán esenciales para quienes buscan acceder a la tecnología más avanzada.

El negocio clandestino de chips Nvidia en China continúa creciendo a pesar de las restricciones y sanciones impuestas por Estados Unidos. El flujo de GPU de última generación, la proliferación de servicios paralelos de reparación y el alto valor de estos componentes en el mercado negro demuestran la fuerte demanda de inteligencia artificial en el país. Solo el tiempo mostrará cómo evolucionan las rutas de suministro y si nuevas regulaciones logran frenar, aunque sea parcialmente, este fenómeno.


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