España acelera el despliegue del hidrógeno verde como nuevo vector energético, con 2030 como horizonte para contar con un entramado industrial sólido y conexiones internacionales. La ambición pasa por valles de hidrógeno que agrupen producción y demanda, y por una red troncal que enlace con Europa.
El impulso público y privado se cruza con un debate muy vivo sobre la viabilidad de algunos proyectos, símbolos como Puertollano, y con un calendario de inversiones millonarias. Entre tanto, Bruselas ha respaldado el papel de Enagás como operador del sistema de hidrógeno en España, y crece el apetito de los grandes inversores por esta infraestructura.
Un sistema troncal para 2030: H2Med, red española y grandes valles

Con el reconocimiento de la UE como TSO, Enagás ha elevado su plan hasta 4.035 millones de euros para desarrollar la red troncal española y conectar con el corredor H2Med hacia Portugal, Francia y Alemania. Pese a tensiones iniciales por la inyección de hidrógeno de origen nuclear en territorio francés, el proyecto ha ganado tracción y su desarrollo avanza.
El PERTE de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento dispone de 6.920 millones para movilizar hasta 16.370 millones. A través del IDAE, el programa H2 Valles ha adjudicado 1.223 millones para los siete polos industriales prioritarios (de un total de 16), con el foco en creación de demanda y economía de escala.
En el capítulo empresarial, Moeve (Mubadala) concentra más de 3.000 millones en el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde, con producción de hidrógeno y biocombustibles avanzados en Algeciras y Huelva. Endesa ha comunicado 2.900 millones para reconvertir As Pontes (A Coruña) y Andorra (Teruel), si bien ha dejado el hidrógeno fuera de su plan 2024-2026 por su baja madurez comercial a corto plazo.
En paralelo, el corredor H2Med moviliza inversiones a escala de consorcio (con REN, GRTgaz, Teréga y OGE), mientras la red troncal española suma 2.645 millones en el nuevo plan. Enagás despliega presentaciones del trazado ante más de 500 ayuntamientos, buscando alineación territorial y aceleración administrativa.
Puertollano cambia de rumbo, ayudas, reclamaciones y debate sobre el biohidrógeno

Repsol y Petronor mantienen un programa de 2.549 millones para descarbonizar sus complejos, con grandes electrolizadores en Cartagena (más de 339 millones) y en Bilbao (260 millones y 100 MW). El proyecto en Puertollano, ha sido cancelado por inviabilidad técnica y económica, tras tres años como emblema anunciado.
Esta decisión ha llegado al Congreso, donde formaciones ecologistas han pedido al MITECO exigir la devolución de 10 millones de euros en ayudas públicas otorgadas por el IDAE para un electrolizador de 30 MW, dentro de una concesión total de 25 millones del PERTE ERHA. También reclaman auditar subvenciones a combustibles fósiles y reforzar el control sobre las cuentas del sector.
Como movimiento alternativo, Repsol ha anunciado una inversión de 16 millones para adaptar Puertollano y sustituir gas fósil por biohidrógeno generado a partir de residuos, con un cálculo interno de más de 29.000 toneladas de CO2 evitadas al año. Esta estrategia refleja un giro importante en su proceso de transformación industrial.
Expertos en transición energética advierten, no obstante, que el hidrógeno reformado a partir de biogás no equivale a hidrógeno de cero emisiones, y que su uso para fabricar combustibles sintéticos suele requerir CO2 procedente de fuentes fósiles, dificultando que sea considerado totalmente renovable. También señalan diferencias de eficiencia frente a la electrificación en movilidad.
Organizaciones sectoriales y ambientales ponen el foco en la materia prima: España cuenta con unas 260 plantas de biogás operativas (frente a más de 20.000 en la UE), y la demanda de residuos valorizables crece debido a nuevas obligaciones como el 2% de combustibles sostenibles en la aviación europea. Con condiciones adecuadas y certificaciones robustas, se pueden lograr reducciones significativas; en entornos con fraude o insumos inadecuados, el balance se degrada y aumenta la dependencia exterior.
Proyectos e innovación que empujan el ecosistema del hidrógeno
Naturgy prevé más de 2.185 millones, con una planta de hidrógeno verde de 280 MW en La Robla (León) junto a Enagás y un hub de hasta 200 MW en Meirama (A Coruña) con Repsol y Reganosa. Estos proyectos están ligados a la reconversión de térmicas hacia usos industriales limpios.
Iberdrola ya opera en Puertollano una instalación de hidrógeno para Fertiberia (150 millones), y avanza en una planta en la refinería de BP en Castellón (prevista para 2026), además de trabajar en un polo en Palos de la Frontera. La portuguesa EDP destina 500 millones en España, con proyectos como Aboño (169 millones), Los Barrios (195 millones) y Soto de Ribera (más de 22 millones).
En el ámbito regional, el Govern balear ha presentado su hoja de ruta 2050, que evalúa el potencial fotovoltaico e hidrógeno en las islas, con propuestas para aplicaciones en industria y transporte, la descarbonización de ferries, mezclas de GNL/H2 y el cold ironing en el Puerto de Palma para reducir emisiones en puerto, tras un proceso de consultas públicas.
Por otro lado, la I+D en el sector continúa creciendo. El IMDEA Energía desarrolla el proyecto Hydragon, que investiga dispositivos basados en estructuras MOF y soportes de carbono flexible con metales abundantes para producir y almacenar hidrógeno usando luz solar, buscando mayor eficiencia y menor impacto ambiental.
Desde la Universidad de Sevilla, un equipo ha integrado una pila de combustible de hidrógeno híbrida con baterías en un dron comercial, dentro de un consorcio financiado con fondos Next Generation EU. El demostrador valida arquitectura, almacenamiento y operación real, y refuerza el tejido nacional de innovación.
En el plano internacional, investigadores en Corea del Sur han demostrado una operación de Electrochemical Activation que prescinde de catalizadores nobles (Ir, Ru, Os) y usa electrodos comerciales de níquel con autodeposición de hierro desde el electrolito. Las celdas han mostrado estabilidad por encima de 1.000 horas a 1 A/cm² y autorregeneración de la actividad, lo que apunta a una reducción significativa en el coste del hidrógeno verde si se escala a nivel industrial.
Los sectores con mayor tracción prevista hasta 2040 incluyen la siderurgia y el transporte pesado, además del almacenamiento a gran escala para integrar renovables y futuras aplicaciones en aviación. Aunque los costes siguen siendo un reto importante, las mejoras tecnológicas y en infraestructura pueden marcar la diferencia en el futuro del hidrógeno verde en España.