Regreso con Obi-Wan Kenobi
El caso es que ese perdón que está obteniendo se lo está ganando escena a escena gracias a Darth Vader, que es uno de los protagonistas obligados de la serie estrenada por Disney+ centrada en Obi-Wan Kenobi. Así que aprovechando el tirón de la ficción, y que le están llamando para visitar los platós de infinidad de programas de televisión en prime time, entre risa y risa aprovecha para recordar su paso por la saga galáctica.
Una de esas anécdotas tiene que ver con los idiomas de Star Wars. Como sabrás, solo El Señor de los Anillos puede compararse a la creación de George Lucas cuando se trata de inventarse un dialecto o una lengua entera para dar contexto y realismo a una conversación entre, por ejemplo, dos Jawas, o dos Moradores de las arenas. Ahora bien, ¿os habéis preguntado alguna vez quién es el lingüista que es capaz de crear un idioma desde cero y darle esa textura típicamente galáctica que no nos recuerda a ningún otro de los que se hablan en la Tierra? ¿Pensáis que es difícil hacerlo?
Hayden y el wattanese
El caso es que el actor que encarnaba a Anakin en el Episodio II tenía que rodar un escena en Tatooine, donde debía reencontrarse con Watto una década después de haberse marchado junto a Qui-Gon Jinn, dejando así de ser un esclavo. El caso es que en el guión simplemente se daba a entender que en ese presunto diálogo, ambos protagonistas debían hablar en wattanese, pero no había texto ni nada que memorizar. Así que, ¿qué podía hacer?
Según recuerda el propio actor, un día antes fue a hablar con George Lucas y le preguntó que «¿cómo debería sonar el wattanese?«. El director respondió que “bueno, ya sabes, siempre y cuando no suene como inglés o cualquier otro idioma que pueda sonar familiar. Puedes inventarlo», por lo que dicho y hecho.
Llegó el día del rodaje, Anakin se acerca a Watto, cruzan sus miradas y se produce la conversación tal y como podéis ver en el vídeo que tenéis más arriba. El resultado es un batiburrillo de sonidos inconexos, que ofrecen la sensación de improvisados y que desde luego dan perfectamente el pego. Como si alguien, conscientemente, hubiera puesto ahí cada sílaba de una manera científica para construir el wattanese atendiendo a las costumbres milenarias de la especie.
Pero no, todo es más simple y menos glamuroso, porque ese diálogo fue fruto de lo que se le ocurrió a Hayden en ese instante. Y luego vendrán millones de fans queriendo dar sentido a semejante despropósito.
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