Ya publicamos hace unos días el éxito de Wordle, un juego online de palabras muy interesante en el que teníamos que adivinar un puzzle metiendo palabras de cinco letras para averiguar una palabra oculta. En solo seis intentos, el jugador tiene que acertar el término, y su única ayuda durante el juego es el color que va adquiriendo cada letra. Pues bien, en cuestión de semanas han comenzado a salir decenas de clones. Y Apple las está eliminando de su App Store.
Salen clones de Wordle hasta de debajo de las piedras
Era obvio que iba a pasar. No es la primera vez que un desarrollador programa algo exitoso y acto seguido, no muestra interés en monetizarlo. Así lo dijo claramente su creador, Josh Wardle en una entrevista a BBC Radio 4 hace unos días.
Donde Wardle no ha visto interés, otros desarrolladores han visto dinero. Primero vimos una versión no oficial en español —que dicho sea de paso, no es tan divertida porque la gracia de Wordle es que las estructuras de palabras en inglés son bastante predecibles—, y luego, comenzaron a aparecer clones de todo tipo por las tiendas de aplicaciones de iOS y Android.
¿Por qué elimina Apple las apps de su tienda?
Básicamente, en las cláusulas que Apple pone en su marketplace de aplicaciones, se deja bien claro que el desarrollador no puede simplemente copiar una aplicación de otro creador y subirlo a la plataforma:
«No te limites a copiar la última aplicación popular de la App Store, o a realizar pequeños cambios en el nombre o la interfaz de usuario de otra aplicación y hacerla pasar por la tuya.»
Esto lo saben muchos devs, pero aún así, han probado suerte subiendo todo tipo de plagios. Twitter está ahora lleno de lloros y lamentos de programadores que realmente saben que han infringido las normas de la Apple App Store, pero que aún así, no ven justa la decisión que se ha tomado con ellos.
Wardle sigue sin querer una app oficial de su juego
Uno de esos desarrolladores es Zach Shakked, que incluso consiguió el número de Josh Wardle y mantuvo una conversación telefónica con él. Le ofreció una comisión de más de cien mil dólares y la posibilidad de unirse a él para desarrollar el juego oficial para móviles, repartiéndose más adelante los porcentajes como viera él más conveniente.
When he informed me that he wasn't interested in that, I told him I would consider changing the name and was looking at other options when Apple removed the app and was fully prepared to do so.
— Zach Shakked (@zachshakked) January 12, 2022
La respuesta de Wardle fue un rotundo no. Fue entonces cuando Shakked consideró cambiar el nombre de su app para no tener problemas con Apple. Pero dio igual, porque los de Cupertino iban a acabar con su juego independientemente del nombre que tuviera, pues sigue siendo un plagio de un juego original.
¿Qué conclusión sacamos de todo esto?
Vimos un caso parecido hace un par de años, cuando empezó la pandemia de coronavirus. Un chico de 17 años programó una web fascinante, con datos de contagio a nivel mundial en tiempo real y un diseño espectacular. A los meses, muchas empresas le ofrecieron auténticas millonadas, que le habrían resuelto la vida. Pero por principios, dijo que no. El mercado hizo lo suyo y salieron cientos de copia. Hoy, nadie recuerda mucho más de aquel chico —y por no darle la perra gorda, no voy a buscar su nombre en Google para publicarlo aquí—.
Lo que se puede ver entre líneas es claro. Si la vida te da limones, haz limonada. Es cierto que no tiene que hacer ninguna gracia que una persona que ha plagiado tu invento te venga ofreciéndote billetes. Pero del mismo modo, al no explotar Josh Wardle su juego, le ha puesto un caramelo muy goloso a otra gente por delante. Por otro lado, los programadores faltos de creatividad se han retratado. Muchos se han defendido alegando simplemente que la marca ‘Wordle’ no está registrada. Y pueden tener razón, pero se considera igualmente plagio si fusilas una propiedad intelectual de arriba a abajo.