Dragon’s Lair en Netflix
Tal y como apuntan en The Hollywood Reporter, Netflix llevaba tiempo detrás de los derechos del juego, y parece que actualmente todo va sobre ruedas, hasta el punto de tener actor principal. El encargado de dar vida a Dirk el atrevido será Ryan Reynolds, un actor que podría ser perfecto teniendo en cuenta su registro cómico con tintes de acción, como ya hemos visto en papeles como el de Deadpool.
Además, se dice que el creador del Dragon’s Lair original estará también al cargo de la producción de esta película, por lo que los resultados podrían ser bastante fieles a los del videojuego.
¿Un nuevo Bandersnatch?
Lo interesante sin embargo es ver hasta qué punto Netflix quiere sacar provecho de una idea como Dragon’s Lair. Ya que más allá de la narrativa (que se limita a un caballero intentando salvar a una princesa encerrada en un castillo), el juego se caracterizaba por su jugabilidad y sistema de control, ya que permitía al jugador tomar decisiones en directo que afectaban directamente en el transcurso de la partida.
Teniendo esto en cuenta, sería increíble que Netflix estuviera pensando en volver a retomar la idea de Black Mirror: Bandersnatch con un título que nació con una idea similar, algo que sentiríamos como el mejor homenaje que le podrían dar al mítico Dragon’s Lair.
Los orígenes de Dragon’s Lair
Este peculiar juego de película animada llegó en 1983 a través de los sistemas de reproducción LaserDisc. Estos sistemas utilizaban discos ópticos de 30 centímetros de diámetro y se caracterizaban por ofrecer contenidos multimedia de alta resolución. El formato de vídeo ofrecía un total de 440 líneas horizontales, lo que suponía un salto bastante importante respecto al formato que por entonces dominaba, el VHS, con 240 líneas.
El formato no logró tener demasiado peso en el mercado debido a su alto coste, consiguiendo mercado básicamente en Estado Unidos, y muy especialmente en Japón. Durante su vida, aparecieron muchas películas convertidas al formato con el atractivo de ofrecer una calidad de imagen excepcional, y entre ellas, llamó la atención una interactiva que marcó la vida de muchos jugadores.
Hablamos obviamente de Dragon’s Lair, que permitía jugar en la televisión con el mando de control del reproductor, necesitando únicamente presionar las teclas de dirección en el momento adecuado, algo que provocó la desesperación de muchos, ya que no llegaba a ser completamente intuitivo. El juego en realidad funcionaba con una sucesión de clips de manera continua y muy rápida, por lo que acertaras o fallaras con el control, el reproducor tenía que estar leyendo continuamente y cargando clips de manera continua. Esto provocó la descalibración de muchas unidades, por lo que se convirtió también en un problema a nivel de hardware.
El juego tuvo tan buena aceptación que no tardaron en salir otras versiones, como alguna que otra máquina recreativa, y en consola como Super Nintendo y SEGA MegaCD, aunque con el tiempo comenzó a llegar a todo tipo de consolas a través de ports y adaptaciones.
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