Venom: Habrá matanza comenzó a llegar a los cines a partir del pasado mes de octubre. La secuela, dirigida por Andy Serkis, cosecha una buena colección de críticas negativas y notas por debajo del cinco en multitud de plataformas. A pesar de ello, sus cifras en cartelera no van por mal camino, ya que, tanto en Estados Unidos como España, se ha convertido en el estreno más visto del año 2021. Sin embargo, hay un pequeño detalle que se le ha escapado a Sony y puede amenazar seriamente sus cifras de venta, y es que el film podría no estrenarse jamás en China, perdiendo un mercado de 1.400 millones de personas.
Censurada en China
El mercado chino es muy especial. Productos que funcionan a la perfección en occidente como Los vengadores: Endgame, allí pasan sin pena ni gloria. Las productoras de cine suelen analizar muy bien este mercado, y cuando consiguen un producto que allí funciona, suelen explotarlo trabajando su marketing específicamente para este enorme mercado. En este aspecto, Venom (2018) funcionó espectacularmente en dicho país, por lo que lo más seguro es que Sony Pictures planificara la segunda parte teniendo en cuenta la recaudación de los ciudadanos chinos que quedaron encantados con la primera entrega.
Pero la cosa se complica para Sony. China ha decidido aplicar la censura a Venom: Habrá matanza. Y el motivo no es otro que el mismísimo bocazas de Venom Tom Hardy. Al parecer, algunas declaraciones de Hardy han ofendido a algún que otro chino, y poco menos que se le ha colocado la medalla de persona non grata.
¿Qué ha dicho Hardy?
El medio Variety asegura que todo esto se remonta a dos entrevistas de Hardy en el año 2012. Un poco extraño, ya que la primera película de Venom se lanzó seis años después.
En ese año, Hardy estaba haciendo la promo de Sin leyes (Lawless) y un periodista le preguntó si Marlon Brando había influenciado en su carrera profesional. Hardy respondió que solo había visto una película del actor —que manda narices—, concretamente «una en la que hacía de chino».
La película a la que se refería el actor era a La casa de té de la luna de agosto (1956). Brando interpretaba en dicho largometraje a Sakini, un japonés que ayudaría al capitán Fisby (Glenn Ford) a hacer de intérprete. Un año más tarde, repetía el mismo error en otra entrevista con Vulture donde le hacían la misma pregunta. «He visto ‘la casa del té de Shangai’ o como se llame. Donde Brando hace de chino».
¿Equivocación, despiste u ofensa premeditada?
Para la mayoría de los chinos, confundirlos con los japoneses es una ofensa por los episodios que sufrieron a manos del Ejército Imperial Japonés a principios del siglo XX, tales como la archiconocida Masacre de Nankín.
Por cierto, esa entrevista no terminó ahí. El entrevistador felicitó a Hardy por no ser políticamente correcto, así que Hardy decidió meter la pata una vez más. La conversación derivó un poco y comenzaron a hablar de la deuda de Estados Unidos. Bromeó con que en unos cuantos años, todos los americanos tendrían que aprender cantonés para poder negociar con sus nuevos dueños, los acreedores chinos. De nuevo, unas declaraciones desafortunadas, ya que el idioma oficial de China es el mandarín.