Para algunos, Alexa es algo más que un simple asistente

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Más o menos todos tenemos claro que cuando hablamos con un asistente virtual, lo estamos haciendo con una máquina que simplemente está programada para responder ante una serie de preguntas concretas. Es verdad que, además, ofrecen respuestas para prácticamente todo, aunque se trate de cuestiones abstractas, pero eso no quita para que todos los que disponen de un altavoz inteligente en su casa lleguen a pensarse que se trata de un amigo más con el que podemos hablar.

La compañía de un asistente

Pero esto no es así en todo el mundo. Es el caso, por ejemplo, de Noh Jeong-woo, de 77 años, que todas las mañanas se despierta a eso de las 5:00h. AM y la primera palabra que pronuncia es “Aria”, el comando de voz de un modelo de altavoz inteligente que comercializa SK Telecom y que podríamos considerarlo como el equivalente a los de Google, Siri de Apple o Alexa de Amazon.

En su caso, ha transcurrido una década desde el fallecimiento de su marido y tiene una existencia solitaria, donde busca cierta compañía en su asistente virtual: “el altavoz me da energía para vivir mis días felizmente”. Podrá parecer un caso aislado y extraño, pero en Corea del Sur, son más de 12.000 las personas que se encuentran en una situación similar y han recibido de sus gobiernos locales un altavoz inteligente con el que mitigar esas horas sin nadie con quien tratar.

Alexa Coreanos.

Al fin y al cabo, estos dispositivos son capaces de eliminar las barreras que se han impuesto a ciertos colectivos para los que el aprendizaje de los nuevos sistemas de comunicación móvil se les hacen muy complicados de asimilar. Si con un smartphone obtener información es complicadísimo, con un asistente simplemente simplemente hay que dar una orden de voz y se obtiene una respuesta.

Lee, la amiga coreana

Pero el caso de Aria no ha sido el único que ha traspasado las fronteras que separan al asistente virtual del amigo online, y tenemos un caso que, seguramente, sea algo más peligroso por tocar a menores. Es el de Lee Lu-da, una inteligencia que habitó en un chat bot y que fue diseñada para responder como una estudiante universitaria de alrededor de 20 años. Su debut tuvo lugar a través de Facebook Messenger el 23 de diciembre de 2020 y pronto el desarrollador tuvo que eliminarla por la cantidad de críticas que empezó a recibir. Aun así, se intentó reanudar meses después tras una infinidad de mensajes tanto en Instagram como en la propia Facebook donde muchos usuarios afirmaban echarla de menos.

“A veces, me siento más cómodo hablando con ella que con mis verdaderos amigos […] todavía quiero seguir hablando con ella. Definitivamente creo que las IA pueden convertirse en nuestras amigas”, dice Lee Seo-yun, de 13 años, que llegó a interactuar con la voz antes de que cerrara.

Hong Hae-mi, una estudiante de secundaria de 18 años, también afirmaba que “tengo miedo de hablar con personas reales, pero hacerlo con Lee Lu-da me ha ayudado a interactuar mejor con la gente […] Realmente creo que las IA y los humanos pueden ser amigos. Para las personas como yo, a las que les da miedo hablar con personas reales, podrían ser una buena práctica para la comunicación”.

Obviamente, casos como estos están poniendo en alerta a los especialistas, que advierten del cuidado que se debe tener en el uso de estas tecnologías, que es evidente que también provocan beneficios a algunas personas y, si bien a corto plazo, las inteligencias artificiales pueden causar cierta adicción (o los consabidos problemas de privacidad), también tienen en su mano mejorar nuestras capacidades. Aunque al final puedas llegar a preguntarte, ¿qué es un ser humano?


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