¿Debería o no debería cambiar mi timbre y mirilla de toda la vida por un videotimbre? Todos los dispositivos domóticos tienen sus ventajas y también sus inconvenientes. En el artículo de hoy te mostramos cuatro puntos a favor y cuatro en contra. De este modo, tú podrás decidir si este producto te solucionará la vida o si te la complicará un poco más.
Índice
A favor del videotimbre
Estos son los 4 puntos más interesantes que te aportará prácticamente cualquier videotimbre:
Se acabaron los vecinos curiosos
Si vives en un edificio lleno de curiosos, un videotimbre es justo lo que necesitas para ahuyentar a «Radiopatio». Muy pocos van a atreverse a acercar la oreja a tu puerta si hay una cámara apuntando a ellos.
Menos cantoso que una mirilla
La mirilla de toda la vida es fácil de usar y muy barata. Pero de discreta tiene muy poco. El que está al otro lado de la puerta sabe si has mirado o no porque se ve y se escucha. No engañas a nadie. Si luego decides abrir, pues bien. Pero si no lo haces, la verdad es que quedas fatal.
Con la versión domotizada, esto no pasa. No tienes que acercarte a la puerta. No tienes por qué revelar que estás en casa.
Visión nocturna
Volvamos a la mirilla de toda la vida. Si la persona que ha llamado a la puerta no ha encendido la luz de fuera, no servirá absolutamente para nada. En este caso, la videomirilla sí será de utilidad —en caso de que cuente con grabación de infrarrojos, disponible en la mayoría de los modelos que hay actualmente a la venta—.
Vigila tu casa estés donde estés
¿Llama alguien a tu casa cuando no estás? ¿Están planeando entrar a robar? Con un videotimbre puedes averiguarlo. Los sensores de movimiento se activan y comienzan a registrar actividad cuando alguien se acerca a nuestra puerta. Por tanto, sabremos si alguien planea algo, si han llamado a nuestra puerta o si estábamos fuera en el momento en el que no shan ido a hacer una entrega.
En contra del videotimbre
Vayamos ahora con las malas noticias. ¿Qué tiene de malo montar un videotimbre en la puerta de mi casa?
Una vulnerabilidad y estás vendido
No es lo habitual, pero hay que meter esto en la ecuación. Si alguien logra hackear tu videomirilla, los ladrones tendrán más ventaja que tú, pues podrán desactivar tu dispositivo y será peor que no tener nada.
Alertas falsas
Los sensores de movimiento no son infalibles. Si tienes alguno en casa, habrás notado que se activan de vez en cuando sin motivo aparente. Pues con la videomirilla pasa exactamente lo mismo. En algunos casos, va a darte una alerta fantasma.
Cuidado con la privacidad
Ya sabes las consecuencias que puede tener eso de poner una cámara a grabar en una zona común de un edificio. Algunos vecinos podrían llegar a molestarse y denunciarte. Debes avisarlo y consultar las normas de tu comunidad antes de dar el paso y colocar una cámara de seguridad.
Te lo pueden robar o dañar
No es lo habitual, pero tener una pieza cara de tecnología fuera de nuestra casa puede ser un imán tanto para ladrones como para vándalos. En Estados Unidos se han dado caso de robos de videoporteros. Y, si alguien quiere fastidiarte, romperlo también será una opción. Tenlo en cuenta antes de instalar nada.
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