¿Qué harían los ricos y millonarios sin Caviar? La famosa compañía rusa conocida por sus modificaciones en oro de 24 quilates, ha vuelto a sorprender con una creación digna de los laboratorios del Doctor Frankenstein. Y es que en esta ocasión nos proponen un híbrido entre iPhone XS y Apple Watch, el Swiss Dreams WatchPhone.
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iPhone XS Max y Apple Watch, ¿por qué decidirse por uno?
Caviar ha vuelto a demostrar su creatividad dando vida a este enigmático dispositivo bañado en otro, un dispositivo que según el fabricante llega para complementar esas necesidades que apasionan a un hombre, como un coche, un arma, un Smartphone o un reloj suizo. Casi nada. El resultado es un ejercicio de ostentosidad extrema que mezcla a un iPhone XS Max y a un Apple Watch, y cuando decimos mezcla, nos referimos al sentido literal.
Como puedes comprobar, el iPhone XS Max Swiss Dreams Watchphone es el resultado de unir físicamente el último iPhone XS Max con el Apple Watch Series 4. Y todo bañado en oro. Viendo el resultado, lo primero que se nos viene a la cabeza es cómo vamos a recargar a batería del reloj. Teniendo en cuenta que la manera oficial es utilizando la base magnética que queda pegada a su espalda, lo único que se nos ocurre es que Caviar haya modificado la unidad para que se puede recargar a través del puerto Lightning del teléfono. Algo bastante extraño que sorprendentemente no llegan a explicar. ¿Será que habrá que comprar otro teléfono cuando se descargue?
El diseño del dispositivo está rematado por una decoración del globo terráqueo con acabados en oro y onyx artificial, una estética muy apropiada para magnates que no sepan en qué rincón del mundo se despiertan cada mañana.
18.510 euros para el iPhone más caro del mundo
Fieles a la tradición de romper los límites de la exclusividad, Caviar coloca a su nueva creación una terrorífica etiqueta de 18.510 euros para el modelo de 64 GB, sumando 270 euros y 600 euros más en caso de que busques las versiones de 256 y 512 GB respectivamente. Unas cantidades absurdas por las que podríamos comprar, por ejemplo, un coche.
Una idea sin sentido
Pero dejando a un lado el diseño, el oro y el precio, ¿quién querría un teléfono con un Apple Watch pegado a la espalda? Obviamente alguien que no tuviera ni idea de cómo funciona el reloj de Apple, ya que no podremos usar sus funciones deportivas, y para colmo, revisar las notificaciones en el smartwatch sería tan absurdo como mirar la hora en el teléfono. ¿Alguien da más?