Ahora que los nuevos plegables de Samsung son oficiales y vuelven a estar en boca de todos, una de las opiniones más generalizadas vuelves a salir a la luz. ¿Son de verdad resistentes como para aguantar el uso normal que se le puede dar a un teléfono normal? ¿Qué protección ofrecen los plegables a día de hoy?
Buscando lo imposible
Los nuevos Galaxy Fold5 y Galaxy Z Flip5 presumen de ser resistentes al agua gracias a la certificación IPX8, algo que técnicamente le permite aguantar inmersiones hasta 1,5 metros de profundidad en agua dulce. Esto quiere decir que, como siempre, no se recomienda bañar el dispositivo en agua salada e incluso en agua de piscinas, pero ya es un gran avance respecto a los primeros plegables que no se podían mojar.
El problema es que, aunque es resistente al agua, no lo es al polvo. Y no, esto no quiere decir que no puedas tener tu teléfono olvidado en una estantería acumulando polvo, sino que en ambientes y zonas donde se acumule suciedad podrías tener problemas. La razón es obvia, ya que las numerosas piezas mecánicas y huecos con las que cuenta el teléfono pueden ser ideales para que una mota o una pequeña partícula se cuele y fastidie engranajes y piezas internas. Y es Samsung lo saben.
En busca del equilibrio
A través de una rueda de prensa, el presidente de la división de móviles TM Roh, ha asegurado ser consciente de la demanda del público respecto a la resistencia al polvo, pero asegura que a día de hoy existen impedimentos bastante complicados de evitar con la tecnología que existe actualmente.
En palabras del directivo, “Somos muy conscientes de la demanda de los consumidores en protección contra el polvo, y estamos haciendo varios esfuerzos para lograrlo, pero debido a la naturaleza de los plegables, hay muchas partes móviles, por lo que la protección contra el polvo es difícil”.
Agua o polvo, ¿qué prefieres?
Lo interesante es que la protección de polvo en plegables existe a día de hoy, ya que Motorola lo ofrece actualmente en sus RAZR con certificación IP52. El problema es que dicha certificación sólo resiste pequeñas salpicaduras, por lo que un chapuzón los deja K.O. al instante.
De esta manera, las propuestas dejan dos opciones, o salvarte del agua, o salvarte del polvo, así que tendremos que seguir esperando a que algún fabricante logre una certificación IP67 o IP68 para cubrir ambos mundos.