La posibilidad de que Elon Musk adquiera TikTok ha encendido los ánimos en el escenario político y tecnológico internacional. China, enfrentando la presión de Estados Unidos, estaría explorando la venta de las operaciones estadounidenses de la plataforma a Musk como una forma de evitar la inminente prohibición impuesta bajo el argumento de seguridad nacional. Este movimiento, que involucra intereses estratégicos y económicos, no ha sido ni mucho menos confirmado pero ha sido filtrado por varias fuentes cercanas al proceso que nos hacen pensar que, efectivamente, las negociaciones se están planteando. Esto es lo que sabemos por el momento.
Elon Musk, una carta estratégica para ambas partes
Un plazo clave se cierne sobre ByteDance, la empresa matriz de TikTok. Según la ley estadounidense aprobada el pasado abril, la compañía tiene de plazo hasta el 19 de enero para desvincularse de la red social en EE.UU. o enfrentarse a su cierre. Esta normativa ha sido respaldada por un amplio consenso bipartidista en el Congreso, que justifica su decisión por los riesgos que plantea la vinculación de TikTok con el gobierno chino.
En medio de este escenario surge ahora la figura de Musk, que podría emerger como un punto de convergencia. Por un lado, sus intereses corporativos en Tesla lo convierten en un actor familiar para China. Por otro, sus estrechos vínculos con Donald Trump y su capacidad financiera lo posicionan como un posible comprador ideal desde la perspectiva estadounidense. Bajo este escenario, el magnate estaría considerando la adquisición para controlar las operaciones de TikTok a través de su empresa X (anteriormente Twitter), beneficiándose además de los datos y usuarios de la red social, que cuenta con 170 millones de perfiles activos solo en Norteamérica.
El plan chino para vender TikTok, aunque sin confirmaciones oficiales, nace como un escenario de contención ante lo que podría ser un golpe devastador para ByteDance. Eso sí, los algoritmos y las herramientas tecnológicas de esta plataforma no podrían ser transferidos fácilmente, ya que están protegidos bajo la regulación del país asiático.
El debate entre libertad de expresión y seguridad nacional
Pero no todo es blanco o negro. Mientras ByteDance argumenta que prohibir TikTok viola los derechos de la Primera Enmienda en los EE.UU., el gobierno norteamericano insiste en que la posesión china de la plataforma representa un peligro potencial para los datos de sus ciudadanos. Elon Musk, por su parte, ha expresado públicamente su oposición a la prohibición, calificándola (muy en su línea) como un atentado contra la libertad de expresión.
A tan solo días de que Donald Trump asuma su segundo mandato presidencial, las tensiones aumentan. Trump ha prometido durante su campaña que «salvaría TikTok» y, aunque en su primer mandato intentó prohibirlo, su postura ha cambiado drásticamente. Su administración ahora podría facilitar una adquisición regulatoria a medida para Musk, respaldándolo como una figura clave en su gabinete, mientras ambos buscan reconciliar esta relación con China, definida hoy por los aranceles y controles tecnológicos.
¿Un cambio en el panorama tecnológico de EE.UU.?
Si la operación con Musk se concreta, el panorama de las redes sociales en Estados Unidos sufriría una transformación notable. Actualmente, las plataformas más relevantes como Facebook, Instagram y WhatsApp están bajo el control de Mark Zuckerberg, mientras que YouTube pertenece a Google (Alphabet). Musk, con la propiedad de X y TikTok, se consolidaría como una figura dominante en el mercado.
No obstante, las implicaciones no son únicamente comerciales. La decisión de dividir la operación de TikTok entre propietarios chinos y estadounidenses plantea desafíos técnicos y legales de gran escala, algo que los abogados de ByteDance ya han subrayado frente al Tribunal Supremo.
A menos de una semana para la fecha límite, las dudas persisten y el debate sigue abierto. Se vienen días intensos. Permanece atento.