Hasta hace no mucho tiempo, ligar por Internet o quedar con personas que habías conocido por la red era un tema bastante tabú. No podía pasar nada bueno si quedabas con alguien que habías conocido en un chat, en un foro o en un videojuego online. La cosa cambió hasta el punto en que Internet se ha convertido en casi la única forma que existe de buscar una relación. Y aquí entra, cómo no, el metaverso. Si las redes sociales o las videollamadas ya han demostrado tener potencial más que sobrado para formar parejas —y para romperlas, todo sea dicho—, ¿qué puede ofrecernos el metaverso en este campo justo en estos momentos?
Así son las apps para ligar en el metaverso
Es casi una obviedad que una de las funciones del metaverso es poder conocer a otras personas, ya sea con la intención de buscar amistad o incluso ir más allá. Mucho antes de que nos volviéramos locos con el término ‘metaverso’, existieron inventos como Habbo Hotel o Second Life que ya cumplieron la función de lo que busca Zuckerberg, solo que con un menor nivel de realismo y una inmersión mucho menos interesante.
Pero, volviendo al metaverso actual. ¿Se puede o no se puede tener una cita ahí? Ross Buchanan, colaborador de VICE, se ha propuesto intentarlo y documentarlo para todos nosotros. Armado con unas Oculus Quest 2 y con el permiso previo de su mujer, ha probado algunas de las apps de citas más avanzadas que existen actualmente en el panorama actual. Y, el resultado no se puede decir que haya sido negativo, pero lo que sí queda claro es que queda mucho trabajo en este sector para que pueda ser tomado en serio como plataforma de citas.
Planet Theta
La primera parada de Ross en su búsqueda de una cita virtual pasó por Planet Theta. La aplicación está actualmente en un sistema de beta cerrada, pero consigue una invitación tras hablar con el CEO. Planet Theta tiene cuatro áreas: la microcita de un minuto, la cita con café, las áreas sociales y los apartamentos virtuales. El sistema te busca a tres personas afines a tus datos (edad, orientación sexual…) y tienes solo un minuto para decidir si quieres una cita más extensa o si es mejor pasar a otra persona. Si se da el paso, se avanza hacia la cita con café virtual, que dura 5 minutos. Se comprende que el siguiente paso sería progresar hacia el apartamento virtual, pero Ross no tuvo suerte en este primer intento, así que probó una alternativa.
VRChat
El segundo intento lo haría en VRChat, que existe desde 2014 y dio el salto al metaverso. Es un juego de mundo abierto que permite conocer a personas de todo tipo. En esta ocasión, Ross se encontró una situación similar a lo que podrías ver en el barrio chungo de San Junipero, por lo que comprendió que no iba a encontrar a su media naranja virtual en un sitio tan perverso.
AltspaceVR
Otra alternativa a Planet Theta y VRChat es AltSpaceVR, la apuesta de Microsoft para el metaverso. En este caso, la aplicación no es exclusiva de citas, sino una plataforma para eventos en directo donde algunas personas pueden llegar a conectar si se diera la oportunidad. Fue aquí donde Ross consiguió atraer la atención de una hermosa dama con bigote que iba vestida exactamente igual que él en el juego. Jugaron al baloncesto, estuvieron riendo un rato, se separaron y no se quedó con casi ningún dato de ella. Como si se hubiesen conocido en el Burning Man, vamos. Tras esto, Ross comprendió todo lo que necesitaba saber para cumplir su objetivo.
¿Cómo acabó el experimento?
Finalmente, nuestro protagonista consiguió su objetivo regresando a VRChat y mimetizándose con la fauna que allí se mueve. Ahí logró su tan ansiado beso y caricias de un señor vestido de caballero —Ross, por su parte, lo hace con una skin de un marsupial—.
La conclusión a todo esto es que el mundo de las citas en el metaverso sigue estando demasiado verde. Las aplicaciones van avanzando, y, de hecho, se espera una versión de Tinder para realidad virtual. Pero hoy por hoy, el ecosistema está limitado por los pocos usuarios que tienen un casco VR, que son casi dueños de los terrenos virtuales y que convierten la experiencia en un meme más que en algo serio. Aún así, Ross Buchanan reconoce que la experiencia es bastante real. Incluso, en su artículo, habla con algunos de los responsables de estas plataformas acerca de cómo están trabajando para evitar el acoso, la invasión de la privacidad o incluso evitar algo tan serio como sentirse violado desde la realidad virtual.