La ciudad de Nueva York ha presentado una demanda en un tribunal federal de Manhattan en la que acusa a varias grandes tecnológicas de provocar una crisis de salud mental entre los jóvenes al fomentar el uso compulsivo de sus servicios; los señalados son Meta, Alphabet, Snap y ByteDance, matrices de Facebook e Instagram, Google y YouTube, Snapchat y TikTok, respectivamente (ver el análisis del modelo de negocio de TikTok).
El escrito, de 327 páginas, sostiene que las plataformas estarían diseñadas para captar y retener la atención de menores explotando mecanismos psicológicos y neurofisiológicos, exacerbando el impacto en la salud mental, y reclama compensaciones por daños y perjuicios al considerar que esa dinámica constituye negligencia grave y una molestia pública.
Qué reclama Nueva York y a quién señala

Nueva York, con 8,48 millones de habitantes y alrededor de 1,8 millones de menores, se considera entre las partes demandantes de mayor peso; además del Ayuntamiento, figuran como demandantes los sistemas escolar y sanitario municipales por el incremento de recursos destinados a atender la salud mental juvenil y medidas de seguridad para menores.
La denuncia describe que los productos fueron estructurados para generar hábitos compulsivos, maximizando el tiempo de uso, pese a iniciativas como el nuevo control del tiempo en TikTok, y los ingresos, una estrategia que, según la ciudad, afecta de manera particular a la población adolescente y contribuye a trastornos del sueño y de la atención.
En el documento se solicita que las empresas rindan cuentas por los daños atribuidos a esas prácticas, y se insiste en que el coste de paliarlos está recayendo sobre los contribuyentes a través de servicios educativos y sanitarios públicos; la demanda cita además propuestas y respuestas como los controles parentales de TikTok para ilustrar cambios en la industria.
El texto también vincula la actividad en redes con el repunte de “subway surfing”, una conducta de riesgo consistente en subirse al exterior de trenes en marcha para grabarse; de acuerdo con datos policiales citados, desde 2023 han muerto al menos 16 personas, incluidas dos niñas de 12 y 13 años este mismo mes, una tendencia que se relaciona con el uso excesivo de dispositivos móviles vinculado al consumo de contenido.
Cómo encaja en el litigio nacional y qué dicen las plataformas

La demanda se integra en un proceso a escala nacional con unas 2.050 causas similares presentadas por gobiernos locales, distritos escolares y particulares, centralizadas en el tribunal federal de Oakland (California); según un portavoz legal municipal, la ciudad dejó un pleito anterior en tribunales estatales para adherirse a este procedimiento federal. En paralelo, voces de la industria han expresado preocupación sobre el impacto de los videos cortos en los niños.
En cuanto a las respuestas, un portavoz de Google, José Castañeda, rechazó las acusaciones relativas a YouTube alegando que es un servicio de streaming y no una red social en la que la gente interactúa con amigos; el resto de empresas no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios, aunque la discusión incluye debates sobre restricciones de edad en YouTube.
La demanda incorpora datos que apuntan a la magnitud del fenómeno: el 77,3% del alumnado de secundaria en la ciudad, y el 82,1% en el caso de las chicas, reconoce pasar tres o más horas al día frente a pantallas (televisión, ordenadores y teléfonos), lo que se relaciona con pérdida de sueño y absentismo crónico.
El comisionado de Salud de Nueva York ya había declarado a las redes sociales peligro para la salud pública en enero de 2024, un contexto en el que las autoridades sostienen que se han disparado los costes de apoyo escolar y sanitario para menores.
Con este movimiento judicial, la ciudad pretende fijar responsabilidades por el impacto de ciertas prácticas de diseño y recomendación de contenidos en la infancia y la adolescencia; el caso podría influir en cómo se regulan y operan las grandes plataformas si el tribunal avala parte de los argumentos presentados.