
Imagen: Facebook (Schoolgirl Style Classroom Decor)
El fenómeno de la viralidad ha llegado a los claustros de profesores. La nueva moda tiktokera en EEUU no es otra que mostrar cómo se transforma una clase aparentemente aburrida en un lugar acogedor del que ningún alumno querrá salir jamás…
Transformando las clases en lugares ideales
«Estaba en una clase en la que no podías esperar a salir» apunta Kayleigh Sloan, profesora, al Wall Street Journal. Así justifica esta docente el haberse sumado a la que parece ser la nueva moda en internet y más concretamente en redes sociales como TikTok. En esta plataforma, especialmente conocida por lo fácil que es subir contenido que rápidamente se extiende como la pólvora, se están empezando a ver numerosos videos en los que los profesores muestran cómo han decorado sus aulas ante el inicio del nuevo curso.
La idea es transformar el espacio en un sitio mucho más «kid friendly» y para ello los docentes no dudan en gastar una buena cantidad de dinero para comprar desde alfombras a luces, figuras decorativas, cajas y un sinfín de accesorios que hagan que la clase más que un aula, parezca una habitación de juegos.
@kay_sloan Classroom Setup Day 1✏️ #classroomsetup #backtoschool #firstgradeclassroom #classroomcheck ♬ original sound – kay_sloan
Y la idea funciona, al menos a nivel viral, claro. Como recoge el WSJ, hay publicaciones con más de 650.000 «likes» como la de una maestra que cambió las típicas luces fluorescentes con unas láminas traslúcidas de color pastel para lograr así un ambiente más cálido. En otro podemos ver cómo se cambio incluso mobiliario estándar por piezas antiguas (como un expositor de papelería) para guardar los útiles escolares.
Incluso hay una empresa, Schoolgirl Style, que se encarga precisamente de transformar las aulas, con más de 150.000 seguidores en TikTok y más de 335.000 en Instagram, y que sube diariamente contenido mostrando los cambios.
¿Buena intención o negocio?
No dudamos de las buenas intenciones de esta nueva moda. Como defienden algunos, dejar de lado una clase aburrida y transformarla en una que se salga de la norma resulta divertido e inspiracional, lo que puede influir en la forma en la que los estudiantes aprenden.
Pero también los hay que están en contra de esta tendencia, indicando que una clase tan excesivamente personalizada desde el principio no permite que los alumnos la sientan como suya por lo hablar de que algunos elementos pueden ser incluso contraproducentes -entre los más pequeños, un brote de piojos en una clase llena de alfombras y cojines es de todo menos inspiracional.
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Y todo por no hablar del dinero que se mueve aquí. Algunos profesores reconocen haber gastado hasta 1.000 dólares en redecorar el aula, dinero que bien podría destinarse a otros asuntos y que parece estar justificado con esa idea de crear un ambiente ideal… ¿o hay también algo de ego y ganas de like en todo esto?