Ya tenemos disponible en el servicio de HBO Max el segundo episodio de The Last of Us, la aclamada serie basada en el videojuego de Naughty Dogs. Evidentemente los que no han jugado al gran título de la mencionada desarrolladora no han caído en la cuenta, pero los enganchados a la historia de Joel y Ellie seguro que ya han levantado la ceja: ¿y las esporas contaminantes que existían en el aire? ¿no afectan a los protagonistas?
Las esporas flotantes, ¿dónde están?
Si has jugado a The Last of Us, la has usado sí o sí. Nos referimos a la máscara protectora que había que ponerse cuando se accede a determinados lugares, ya que el hongo infeccioso que transforma a la población en zombis también se transmite vía aérea. De hecho, las esporas existentes en el aire son una de las mayores y más peligrosas vías de infección que existen, por lo que las máscaras de gas son de obligado uso cuando se exploran ciertas zonas sensiblemente peligrosas.
Sin embargo, en la serie de HBO Max parece que la preocupación por esta manera de contagiarse no existe. Nuestros protagonistas, Joel y Ellie, junto a Tess, salen de la zona de cuarentena para continuar con su misión a través de nuevas y desconocidas áreas sin tener a las temidas esporas en mente. Ni siquiera en el primer episodio, cuando se encuentran con la «criatura» que ves bajo estas líneas -y donde en el caso el videojuego, sí la llevarían- parece que tengan en cuenta este peligro.
Claramente, parece que los responsables de la serie de TV han omitido esta realidad, algo que choca deliberadamente con la fantástica adaptación que están haciendo de la historia y que tanto está gustando a los amantes del videojuego. ¿Qué está pasando entonces?
Una decisión fundamentada
Los showrunners de la producción de HBO Max han explicado a qué se debe esta situación a Collider. Este medio estadounidense recoge las palabras de Neil Druckmann y Craig Mazin, quienes han confirmado que las esporas no existen en The Last of Us. La decisión se tomó en los inicios del proyecto y está respaldada por los creadores del videojuego, que han estado apoyando la nueva narrativa para darle la mayor coherencia posible y no decepcionar a los fans.
Aunque no lo dicen directamente, en Nerdist lo comentan muy acertadamente: imagina lo mal que quedaría, en la adaptación en acción real, tener a unos actores que llevan una máscara de gas puesta. Aunque no sea ni mucho menos durante todo el tiempo, nos impediría ver las reacciones y emociones de los protagonistas en escenas clave, algo importante si queremos adentrarnos mejor en la historia (televisivamente hablando). Además con Pedro Pascal escondido en un caso mandaloriano ya tenemos suficiente, ¿no crees?
En lugar de esta contaminación aérea, lo que tenemos es un hongo que trabaja a modo de red interconectada, un concepto de mente colmena que incluso puede causar más terror al espectador que las esporas flotantes, añadiendo además más oportunidad de acción a la historia. Un virus que nos persigue y que puede comunicarse a largas distancia, dejándonos claro que no se puede bajar la guardia en ningún momento.
Ahora qué, ¿te dan más miedo que las esporas o no?