La miniserie británica Adolescencia ha logrado convertirse en uno de los fenómenos televisivos más debatidos del año tras su estreno el pasado marzo en Netflix. Con apenas cuatro capítulos grabados en plano secuencia, su enfoque visual y temático ha cosechado elogios de la crítica y ha impulsado un fuerte debate social en torno a los problemas que enfrentan los adolescentes en la era digital. Y es que la historia de Jamie Miller, un niño de 13 años acusado de asesinar a una compañera de clase, ha tocado las consciencias de muchos con su retrato sobre la vulnerabilidad juvenil en un entorno contaminado por ideologías misóginas y discursos de odio en redes sociales. Dado lo viral del asunto, no es de extrañar que una buena parte del público se pregunte si habrá una segunda temporada. Y lo cierto es que, a día de hoy, la respuesta no es sencilla.
¿Está confirmada la segunda temporada de Adolescencia?
Aunque Netflix no ha dado luz verde oficialmente a una segunda entrega, se sabe que las posibilidades de continuar la serie están sobre la mesa. La productora Plan B Entertainment, propiedad del actor Brad Pitt, ha comenzado conversaciones preliminares con el director Philip Barantini con el objetivo de desarrollar una «nueva etapa» del proyecto. Así lo confirmaron los copresidentes de Plan B, Dede Gardner y Jeremy Kleiner, en una entrevista reciente con Deadline.
Desde la producción se recalca la intención de mantener el tono crudo y el enfoque en la naturaleza humana, sin caer en repeticiones ni perder la esencia que ha definido la primera temporada. Eso sí, de llegar a realizarse esta segunda parte, su estreno no se produciría antes de finales de 2026 o incluso 2027, dada la complejidad artística y logística que implica rodar cada episodio en una sola toma.
En sus declaraciones públicas, tanto Jack Thorne como Stephen Graham, guionistas y creadores de la serie, han mostrado además posturas inicialmente reacias a una continuación directa de la historia de Jamie Miller. Ambos coinciden en que el arco narrativo del joven acusado está cerrado, y que continuar explorándolo no aportaría nada nuevo, una idea que también han comentado muchos seguidores de la miniserie. Thorne incluso rechazó la idea de desarrollar una segunda temporada centrada en Katie, la víctima.
Una segunda temporada con nueva historia
La serie ha alcanzado cifras sorprendentes de visualización con más de 114 millones de reproducciones en poco más de tres semanas, colocándose como una de las producciones más vistas de todos los tiempos en la plataforma.
Esto ha derivado en el interés por lanzar una segunda entrega, contemplándose varias teorías/opciones:
- Retomar el universo de Jamie pero desde otros puntos de vista, como el de su familia o los medios de comunicación.
- Explorar temas distintos pero igual de actuales que afecten a adolescentes, como la presión estética, las estafas digitales, el consumo de drogas o la salud mental.
- Optar por una narrativa estilo antología, al estilo de True Detective o The Sinner, donde cada temporada presenta una historia nueva pero con una estética y tono similares.
Su gran impacto social y educativo
Uno de los elementos que más ha pesado en la valoración de una posible segunda temporada es el fuerte impacto cultural que ha tenido la primera. Adolescencia no solo ha sido objeto de artículos, debates y foros, sino que también será proyectada en colegios británicos como parte de una iniciativa educativa para combatir los discursos de odio, la misoginia y la radicalización de adolescentes a través de redes sociales.
La serie ha sido especialmente efectiva en mostrar cómo conceptos como la ideología incel o la masculinidad tóxica pueden calar hondo en jóvenes vulnerables. La representación de estos temas desde una narrativa emocional y visualmente inmersiva ha sido uno de los mayores aciertos, según críticos y educadores.
Además, el método de rodaje –cada capítulo grabado en una única toma- ha sido alabado no solo como una técnica estética sino como una herramienta que refuerza la cercanía emocional con el espectador. Según los propios productores, se trataba de evitar que «se pudiera escapar de la realidad que plantea la trama«, obligando así al público a enfrentarse a los conflictos sin filtros. Y vaya si lo han conseguido.
Y tú, ¿crees que es necesaria una segunda temporada?