El octavo episodio de La Casa del Dragón ha provocado reacciones contradictorias. Mientras que unos se han sentido impresionados ante la actuación de Paddy Considine como un rey Viserys achacado por el dolor y la enfermedad, otros han considerado que este ha sido un episodio un poco lento. Si pasamos por alto el momento espadachín de Daemon, tampoco hay mucho gore comparado con lo que nos ha acostumbrado esta serie. Hemos visto la antesala, la víspera de lo que será la guerra por la sucesión al otro. Y es que toda la cena familiar que tuvimos que aguantar no era más que una pequeña farsa para agradar al abuelo.
Atando cabos con La Casa del Dragón
Spoilers a continuación. Quien avisa no es traidor.
El problema de La Casa del Dragón es que, si eras fan del universo de Canción de Fuego y Hielo mucho antes, ya conoces los sucesos que van a acontecer y cómo será el desenlace. Se trata de historia de Westeros, y los personajes que vemos de carne y hueso ahora son figuras históricas de las que se habla habitualmente en Juego de Tronos. Shireen Baratheon, Arya e incluso el mismísimo rey Joffrey hacen referencia a ellos y su destino a lo largo de la serie original. Tanto si tienes una memoria de elefante como si has hecho un rerun de Juego de Tronos antes de empezar con esta, sabes lo que va a ocurrir a grandes rasgos.
Es por esto que, cuando vimos a una misteriosa figura entrar en una gruta humeante, nos vimos por fin intrigados. No sabíamos quién era ni dónde estaba. Cuando identificó un pegote de masa semisólida, tampoco teníamos la más remota idea de lo que era ni qué buscaba dentro. Cuando sacó el huevo de dragón, pudimos atar cabos.
Cuando la cigüeña es un reptil con alas
Puede que poca gente se haya planteado cómo nacen los dragones en el universo de George R.R. Martin. Sabíamos que se sustraían los huevos para incubarlos de forma artificial, aunque ahora se antoja cruel robarle sus huevos a una dragona. Puede que sean madres despegadas, como las tortugas marinas, que hacen una puesta y no conocen a sus crías, pero aun así, no podemos evitar sentirnos un poco mal por Syrax, la dragona de Rhaenyra.
Lo que sí sabemos es que estos tres huevos mencionados están destinados a los tres hijos —uno en camino— de Rhaenyra y Daemon. Que lleguen o no a eclosionar para ser las monturas de esta nueva generación Targaryen es todavía un misterio. La mayoría de los espectadores tenemos la corazonada de que no va a ser así. Un presentimiento, o una especie de déjà vu.
¿Habíamos visto antes estos huevos?
Todo parece indicar que ya hemos visto estos tres huevos hace mucho tiempo. Concretamente, 170 años más tarde, aunque todo esto suene a paradoja temporal. Y es que la descripción de los tres huevos parece indicar que son los mismos que llegaron a manos de Daenerys Targaryen como regalo de bodas durante su convite dothraki. Aunque solo vemos uno de ellos —ver los tres nos sacaría de dudas al poder identificar los colores—, todas las pruebas apuntan a que son los mismos.
A pesar de lo extenso del universo de George Martin, el escritor nunca ha desvelado de quién eran los huevos de dragón que hace eclosionar Daenerys. Se teorizó mucho sobre la dueña original, dudando entre varias Targaryen, aunque nunca se pensó en Rhaenyra en concreto.
De ser así, esperaremos con ansia ver qué sucede con ellos. ¿Los robarán? ¿No quedará nadie para cuidarlos? ¿Caerán en el olvido y alguien los encontrará por casualidad años más tarde? Solo el tiempo dirá.