23andMe, la reconocida empresa estadounidense de análisis genéticos, se ha declarado en bancarrota bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos. Esta decisión llega tras años de problemas financieros, una continua caída de la demanda y la imposibilidad de encontrar un comprador que permitiera su supervivencia. De esta forma, la compañía, que llegó a estar valorada en 6.000 millones de dólares y cuenta con aproximadamente 15 millones de clientes, ha asegurado que continuará operando mientras se somete a un proceso de reestructuración supervisado por un tribunal. Sin embargo, la quiebra ha generado preocupaciones sobre el destino de los datos genéticos de millones de usuarios, especialmente después del ciberataque de 2023 en el que se filtraron datos de más de 7 millones de clientes.
Una caída financiera insostenible
23andMe se fundó en 2006 con una propuesta innovadora: ofrecer a los consumidores la posibilidad de conocer su ascendencia y predisposición a ciertas enfermedades a través de un simple test de saliva. Sin embargo, con el paso de los años, la compañía no logró transformar su modelo de negocio en una operación sostenible. Aunque su salida a bolsa en 2021 la valoró en 3.500 millones de dólares, la empresa nunca consiguió ser rentable.
Uno de los factores determinantes en su declive fue la dificultad para convertir a los clientes en usuarios recurrentes. La venta de kits de pruebas genéticas tendía a ser una compra única, lo que dificultaba la generación de ingresos constantes. Paralelamente, la compañía intentó diversificarse con la venta de datos a empresas farmacéuticas, pero esta estrategia generó preocupaciones sobre la privacidad y posibles usos indebidos de la información genética.
Ante la crisis, Anne Wojcicki, cofundadora y directora ejecutiva de 23andMe, presentó su renuncia con la intención de lanzar una oferta independiente para adquirir la compañía. Wojcicki había tratado en múltiples ocasiones de privatizar la empresa retirándola de la bolsa, pero el consejo directivo rechazó sus propuestas. En una carta pública a los clientes, la ejecutiva al menos expresó su compromiso con la privacidad de los datos de los usuarios y aseguró que continuaría luchando para preservar la misión original de 23andMe.
El riesgo de los datos genéticos
Uno de los mayores puntos de preocupación con la quiebra de 23andMe es el futuro de los datos genéticos almacenados. La empresa ha afirmado que seguirá protegiendo la información de sus clientes durante el proceso de venta, pero expertos en privacidad advierten que no hay garantías de que un nuevo propietario no cambie las condiciones de uso.
Este temor se intensificó tras el mencionado ciberataque de 2023, en el que piratas informáticos accedieron a la información privada de millones de usuarios. El ataque tuvo un impacto significativo en la confianza del público y llevó a la empresa a llegar a un acuerdo legal por 30 millones de dólares con los afectados.
Organizaciones defensoras de la privacidad se han hecho eco de estas alertas y han recomendado a los usuarios que eliminen su información cuanto antes. Y es que, sin duda, la situación actual ha llevado a muchos a cuestionarse sobre cómo las empresas manejan y protegen los datos sensibles, lo que refuerza la necesidad de una regulación más estricta para estos casos.
Posibles compradores y futuro incierto
El procedimiento de bancarrota permitirá a la compañía buscar compradores interesados en adquirir sus activos. Sin embargo, hasta el momento 23andMe no ha confirmado la existencia de ofertas concretas. El periodo de reestructuración establecido por el tribunal durará aproximadamente 45 días, en los cuales se espera recibir propuestas de compra.
Mientras tanto, las autoridades en California han instado a los clientes a considerar la eliminación de sus datos genéticos de los servidores de la compañía. Esto ha generado un clima de incertidumbre entre los clientes, que ahora se enfrentan a la posibilidad de que su información personal sea utilizada de formas no deseadas.
El desenlace del proceso de quiebra determinará no solo el futuro de 23andMe, sino también el de la enorme base de datos genéticos que ha recopilado durante casi dos décadas. Mientras algunos analistas ven en esta crisis una oportunidad de reestructuración, otros consideran que la empresa ha alcanzado un punto de no retorno y que su desaparición es inminente. Veremos.