En el mundo de la inteligencia artificial, la pugna entre Anthropic y OpenAI está alcanzando cotas cada vez más altas. Los recientes movimientos de ambas empresas muestran una rivalidad tecnológica y comercial sin tregua. La última decisión de Anthropic de restringir el acceso de OpenAI a la API de Claude ha dejado a la vista la tensión que marca el desarrollo y la evaluación de los modelos más avanzados de IA actuales.
Este enfrentamiento no es solo cuestión de competencia empresarial. La forma en que ambas firmas gestionan sus tecnologÃas, servicios y recursos está transformando las reglas del juego y plantea debates en torno a la apertura, la legalidad y la interoperabilidad en la inteligencia artificial. El sector asiste a una fase donde la colaboración y el análisis cruzado de modelos se ven cada vez más limitados por razones estratégicas y contractuales.
Anthropic corta el acceso de OpenAI a Claude: la polémica del uso de la API
La chispa que ha encendido la discusión la encendió Anthropic al detectar que ingenieros de OpenAI utilizaban la API de Claude —especialmente la dedicada a programación, Claude Code— para comparar y refinar el inminente modelo GPT-5. Según los portavoces de Anthropic, esto vulneraba los términos de servicio, donde se prohÃbe expresamente el uso del producto con fines de construir servicios competidores o realizar ingenierÃa inversa.
Tradicionalmente, las empresas del sector han recurrido a probar modelos ajenos como parte del desarrollo propio. Sin embargo, el gesto de Anthropic supone un giro de timón, convirtiendo lo que antes era una práctica común en una lÃnea roja. La compañÃa de los hermanos Dario y Daniela Amodei deja claro asà que el acceso a sus herramientas no será gratuito para rivales directos.
Por su parte, OpenAI ha defendido sus acciones como una práctica estándar en la industria para evaluar avances y mejorar la seguridad de sus propios modelos. Desde la empresa que lidera Sam Altman han lamentado la decisión, recordando que «su API sigue disponible para Anthropic».
Lo cierto es que, aunque se haya producido un bloqueo, Anthropic permitirá cierto acceso restringido para benchmarking y evaluaciones de seguridad, considerando esto un estándar habitual en el sector. Aún no está claro cómo afectará el cierre actual de la API a las capacidades de análisis independiente entre ambas tecnologÃas.
Contexto: competencia desigual y estrategias enfrentadas
La desigualdad de tamaño y recursos entre Anthropic y OpenAI es evidente. OpenAI cuenta con valoraciones multimillonarias, una amplia base de usuarios (más de 800 millones semanales) y el ecosistema de ChatGPT como uno de sus principales activos, con miles de millones de visitas mensuales. Anthropic, por su parte, ha crecido rápidamente, con una valoración cercana a los 100.000 millones de dólares y más de 18 millones de usuarios mensuales con Claude.
Las diferencias no se limitan a lo económico. Existen marcadas diferencias técnicas y filosóficas. Claude se ha consolidado como referente para desarrolladores en programación: en pruebas como SWE-bench y Terminal-bench, Claude 4 supera en precisión y rendimiento a GPT-4.1 y Gemini en tareas relacionadas con código. Este hecho explica el interés del equipo de OpenAI por analizar en profundidad este modelo, justo antes del lanzamiento de GPT-5, que promete igualar o superar a Claude en programación.
Por otro lado, Anthropic destaca por su enfoque en seguridad, privacidad y reducción del riesgo de respuestas inadecuadas, aspectos altamente valorados en entornos empresariales, que están optando en masa por sus soluciones. Según informes sectoriales, Claude ha alcanzado hasta un 32% de cuota en el uso empresarial de IA, por encima del 25% de OpenAI, a pesar de su histórico liderazgo. En programación, la brecha es aún mayor, con un 42% para Anthropic frente al 21% de OpenAI.
El bloqueo de APIs, ¿nuevo estándar en la IA?
El movimiento de Anthropic no es aislado en la industria. Restricciones similares han surgido en otros gigantes tecnológicos, como Facebook evitando el acceso de Vine a sus APIs o Salesforce limitando el uso de Slack a competidores. La tendencia refleja una mayor territorialidad y protección de activos clave entre compañÃas que compiten en innovación.
Este tipo de cierres tiene sus consecuencias. La fragmentación de ecosistemas, las dificultades para reproducir investigaciones y la posible ralentización de avances colaborativos preocupan a buena parte de la comunidad experta. El equilibrio entre protección comercial y apertura en la innovación nunca ha sido tan relevante en el debate actual.
En la práctica, evitar el acceso de rivales a APIs no resulta completamente efectivo, ya que existen mecanismos como cuentas intermediarias o proxies. Sin embargo, el mensaje que queda claro es que Claude se considera tan relevante que incluso OpenAI lo necesita como referencia.
¿Qué diferencias prácticas tienen Claude y ChatGPT?
Ambos modelos poseen fortalezas distintivas. Claude permite cargar y analizar documentos extensos (más de 100.000 palabras), siendo muy útil en entornos corporativos que requieren procesar gran volumen y complejidad textual. Tiene también un diseño orientado a evitar respuestas sesgadas o erróneas, especialmente en tareas sensibles. ChatGPT, por su parte, destaca en creatividad, velocidad de respuesta y en su popularidad entre el público general.
En el contexto empresarial, la preferencia suele inclinarse por Claude en tareas de análisis y programación, mientras que ChatGPT lidera en creatividad, interacción y aplicaciones diarias. Ambas plataformas permanecen cerradas, y la transparencia sobre su funcionamiento interno sigue siendo limitada, lo que representa un factor a considerar para quienes buscan comprender o auditar estos sistemas.
La rivalidad más allá de la competencia por usuarios o contratos refleja una lucha entre diferentes conceptualizaciones de la IA, sus riesgos y el acceso a sus capacidades. El sector sigue atento a cada movimiento, anticipando cambios en el acceso, la interoperabilidad y futuras colaboraciones. La definición de la batalla actual deja en evidencia que la disputa en la inteligencia artificial se libra hoy más en las APIs y en los términos de servicio que en los artÃculos académicos.
