Pagar 79 euros por un cable USB-C puede que te resulte insultante, y más cuando en el mercado se venden cables similares con las mismas características por 3 veces menos. Pero la realidad dista mucho de las primeras apariencias, y eso es justo lo que vamos a ver a continuación. ¿Está Apple generando grandes beneficios con estos accesorios para el Mac? ¿Qué se esconde detrás de estos simples accesorios?
Diseccionando un cable de Apple
Lumafield es una compañía que desarrolla herramientas para ingenieros con las que poder realizar un trabajo de investigación y desarrollo de diseño de productos a niveles increíbles, ya que con la ayuda de escáneres de rayos X, son capaces de ver el interior de un producto sin necesidad de tocarlo.
De esta manera, se pueden encontrar fallos en el diseño de un producto, errores de montaje y problemas que serían imposibles de ver incluso con el dispositivo desmontado. Así que con la idea de promocionar sus herramientas y demostrar lo útiles que pueden llegar a ser, han decidido compartir unas imágenes extraídas con su herramienta para que podamos entender por qué un cable Thunderbolt 4 de 100W cuesta 79 euros, y no los 25 euros que puede costar un modelo compatible de otras marcas.
Y como una imagen vale más que mil palabras, la foto que publican con la comparativa de 4 cables diferentes es lo suficientemente descriptiva como para ir entendiendo hacia dónde van los tiros.
What’s inside Apple’s $129 Thunderbolt cable? We CT scanned one to find out, and compared it to some cheaper cables… 淋 pic.twitter.com/dkhrhK3pXB
— Jon Bruner (@JonBruner) October 18, 2023
Un cable de alta gama
Lo primero que debemos de entender es que la manera de catalogar un cable mejor o peor se basa en una serie de características básicas. Un cable puede contar con más o menos pines y ser perfectamente compatible, utilizar cables con mayor cantidad de cobre, contar con más o menos nivel de apantallado e incluso incluir electrónica para controlar la el consumo energético. Y precisamente todo eso es lo que ocurre en los modelos de Apple.
Y es que eso es justo lo que un reciente estudio de Lumafield ha comprobado analizando bajo su máquina de rayos X una selección de cables de todo tipo de precios, pasando desde los 79 euros del oficial de Apple hasta un USB-C de 5 dólares. Y los resultados no pueden ser más claros.
Lo barato sale caro
Suele decirse que lo barato sale caro, y cuando hablamos de cables con ciertas certificaciones, que van a ser usados para soportar grandes cantidades de energía, toda precaución es poca. Y más cuando estos cables van a conectar equipos de precios muy elevados, donde en un entorno profesional se busca fiabilidad y garantía.
Pues bien, los modelos más baratos de cable simplemente ahorran en todo lo que se puede ahorrar, y básicamente buscan obtener conectividad con la que ofrecer lo justo para alcanzar transferencia de datos y energía. Sólo hay que echar un ojo para comprobar que en ocasiones se usan incluso menos cables de los recomendados, y a pesar de que el conector tenga 8 pines, sólo 4 están directamente conectados al cableado.
También se reducen costes en la carcasa de protección, el chasis y el nivel de apantallado del cable, que además de proteger las interferencias, consigue una mayor solidez ante torsiones. Todo eso brilla por su ausencia en los modelos más económicos.
Apple tiene el cable perfecto
Llamemos perfecto al cable que cumple con todas las normativas, y además, en exceso. Esa sería la manera de describir el cable Thunderbolt 4 que Apple vende en su tienda, donde el modelo de 1,8 metros cuesta actualmente 79 euros. Las imágenes del escáner dejan ver el minucioso trabajo de ingeniería que esconde el cable, empezando por el chasis de acero inoxidable, la cubierta de plástico sellado y la circuitería interna que controla la gestión energética, donde incluso se han incluido pistas onduladas para igualar la longitud respecto a otras, y así conseguir la misma latencia en la manera en la que la electricidad se desplaza.
Todos los cables cuentan con protección de apantallado, y se acercan lo máximo posible al conector a soldar, dando lugar a un total de 24 pines efectivos. En resumidas cuentas, un simple cable esconde una obra de ingeniería abismal, sólo visible para los ojos de una máquina de rayos X.
¿Son peligrosos los cables baratos?
Como siempre, la mejor medida que puedes tener ante este tipo de dudas es el sentido común. Si vas a cargar portátiles con muchos vatios, o vas a transportar grandes cantidades de datos, lo mejor será que inviertas en un cable de calidad. Si vas a cargar un teléfono móvil, un modelo de precio medio-bajo será ideal, pero tampoco recomendamos los cables extremadamente baratos, ya que su vida útil es más corta, por lo que acabarás tirando el dinero.
Fuente: Lumafield