Convierten a un dron en un ave de presa (sí, con patas)

Un dron con patas de pájaro. Podría tratarse de una creación del vecino tarado de Andy en Toy Story, pero detrás de este ingenioso invento se encuentran dos ingenieros de la Universidad de Standford. Mark Cutkosky y David Lentink han desarrollado conjuntamente una tecnología para poder posar un dron en un árbol inspirándose en las garras de las aves rapaces.

Mitología del siglo XXI: mitad dron, mitad pájaro

Cutkosky lleva años estudiando la fisionomía de los animales para aplicar los mecanismos naturales que ha creado la naturaleza a la robótica. Junto a su colega Lentink, desarrollaron un ‘perching robot’, es decir, un robot capaz de agarrarse y sostenerse a una rama tal y como lo hacen los loros en su hábitat natural.

El invento ha sido acoplado a un dron. Gracias a este novedoso elemento mecanizado, la máquina puede agarrar, transportar y soltar objetos, así como aterrizar en tierra de forma brusca sin miedo a deteriorar la pequeña aeronave.

Para dar con el diseño perfecto, los dos investigadores han estudiado multitud de especies de aves de todo tipo. Capturaron imágenes de variedades de todos los tamaños para comprender la forma en la que aterrizan estos animales, y así perfilar el diseño idóneo para el dron con patas articuladas. Tras estudiar también la respuesta de varios materiales, Cutkosky y Lentink llegaron a la conclusión de que el dron, o, mejor dicho, el SNAG, debía abordar cada aterrizaje de una forma distinta.

Basado en el halcón peregrino

Con la información recogida sobre el estudio ornitológico, los dos compañeros de universidad se pusieron manos a la obra. El diseño del SNAG está principalmente basado en las patas del halcón peregrino. Pero en lugar de huesos, la estructura está realizada en materiales flexibles creados con una impresora 3D. Han necesitado un total de veinte versiones hasta llegar al modelo definitivo. Y por supuesto, no solo han tenido que recrear los huesos. También han tenido que simular los músculos y tendones del animal con un complejo conjunto de motores eléctricos e hilo de pesca.

Cada pata del SNAG tiene un motor para poder moverse y otro para hacer funciones de agarre. El mecanismo tiene programadas diversas posiciones dependiendo de si va a realizar tareas de agarre o aterrizaje. Cuando SNAG va a tomar tierra, un mecanismo absorbe la energía del impacto al mismo tiempo que se tensan los «tendones» del mecanismo en menos de 20 milisegundos, permitiendo agarrarse a cualquier rama. Posteriormente, la CPU que controla todo el sistema ejecuta una serie de algoritmos para estabilizar el dron y mantenerlo quieto utilizando la información que recoge de los acelerómetros.

¿Qué utilidad tiene un dron con patas?

SNAG no está pensado para entregar paquetes de Amazon, aunque seguro que Bezos ya estará haciendo planes de comprarse unos cuantos. El dron es casi un laboratorio portátil, pues cuenta con un buen arsenal de sensores de temperatura, humedad y radiación. La idea es que pueda ayudar a detectar todo tipo de problemas medioambientales en la naturaleza, como cambios en el ciclo biológico de algunas especies, alteraciones en el clima o incendios.

El proyecto de estos dos ingenieros ha sido recibido con muy buenas críticas en el mundo científico. A pesar de ello, estos dos investigadores y sus equipos quieren seguir desarrollando esta tecnología para lograr que el SNAG tenga la mayor cantidad de aplicaciones posibles.


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