Google Cloud: clave en la nueva infraestructura de inteligencia artificial

  • OpenAI incorpora Google Cloud como proveedor de infraestructura para ChatGPT.
  • Falta de capacidad computacional lleva a OpenAI a recurrir a rivales como Google.
  • Google Cloud crece un 32% y refuerza su papel en la carrera de la IA.
  • Dependencia mutua entre grandes tecnológicas marca el ritmo de la inteligencia artificial.

Infraestructura de Google Cloud

En un giro inesperado dentro del competitivo sector de la inteligencia artificial, OpenAI ha sumado a Google Cloud como nuevo proveedor de su infraestructura tecnológica. Este movimiento, aunque silencioso y oficializado con apenas unas líneas en la lista pública de subprocesadores de OpenAI, revela mucho sobre el estado actual de la industria tecnológica: las fronteras entre competencia y colaboración son cada vez más difusas cuando se trata de acceso a recursos clave.

La decisión de OpenAI de recurrir a Google Cloud responde a problemas operativos derivados de la escasez de GPUs y capacidad computacional, fundamentales para el funcionamiento y escalado de modelos de lenguaje avanzados como ChatGPT. Aunque la compañía sigue apostando por Microsoft Azure como principal socio, la enorme demanda y la necesidad de mantener la calidad del servicio han obligado a buscar opciones adicionales, incluso si ello supone depender de un competidor directo.

Por qué la colaboración entre OpenAI y Google Cloud es relevante

La falta de infraestructuras propias suficientes para satisfacer el crecimiento exponencial de ChatGPT ha empujado a OpenAI hacia soluciones de terceros. El CEO Sam Altman no ha ocultado en los últimos meses las dificultades para mantener el ritmo de innovación debido a la escasez de unidades de procesamiento, llegando incluso a solicitar públicamente ayuda a quien pudiera proporcionar procesamiento en bloques de 100.000 GPUs.

Google Cloud entra en escena como proveedor de una de las infraestructuras más avanzadas y escalables del mundo. Dispone de centros de datos de última generación, hardware personalizado para aplicaciones de IA y una red global capaz de garantizar el funcionamiento fluido de productos como ChatGPT, incluso en picos de demanda. Este acuerdo técnica pone de manifiesto hasta qué punto incluso las empresas más innovadoras están atadas a los recursos de unos pocos gigantes de la nube. La competencia entre OpenAI y Google en IA es real, pero la necesidad de mantener sus servicios a pleno rendimiento obliga a ambas partes a colaborar en puntos críticos.

Impacto directo en el servicio a los usuarios

Para quienes utilizan ChatGPT, el soporte adicional de Google Cloud puede traducirse en mejor estabilidad, tiempos de respuesta más rápidos y menos interrupciones. En las últimas semanas, las quejas sobre lentitud y caídas del sistema habían aumentado, en buena parte por la saturación de la infraestructura propia de OpenAI.

Gracias al acceso a recursos de Google Cloud, OpenAI podrá mejorar la disponibilidad de su servicio y acelerar el lanzamiento de nuevas funciones. Esto facilitará la implementación de nuevas herramientas de generación de vídeo o integraciones más avanzadas, cuya puesta en marcha había permanecido en pausa por falta de capacidad técnica.

Estas dependencias técnicas entre rivales reflejan el grado de concentración de poder en la infraestructura cloud actual. Aunque no es novedad que empresas competidoras recurran a los mismos proveedores para la base tecnológica, también pone en evidencia las limitaciones de autonomía operativa de los actores más emergentes en IA avanzada.

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