Así de fácil es engañar a Google Maps: 99 teléfonos y un carrito de mano

Google Maps ha logrado que ahorres tiempo cuando te desplazas en coche. Mediante el uso de los datos GPS de miles de usuarios conectados, es capaz de determinar cuál es el mejor trayecto de camino al trabajo. El problema es que también ha arruinado la tranquilidad de las que algunos barrios y calles disfrutaban. De ahí que, algunos busquen métodos para «hackear» el sistema y recuperar la paz entre otras cosas.

La «conducción social»

Conduccion social

Cuando Waze llegó al mercado su concepto de «conducción social» cambió por completo la forma en la que te desplazabas en coche por la ciudad. Gracias al uso compartido de los datos GPS de sus usuarios, sus algoritmos eran capaces de dar indicaciones a otros usuarios para llevarlos por el camino que consideraban más óptimo.

Es decir, si detectaban a muchos usuarios desplazándose por una calle o avenida concreta daría una alternativa que, incluso siendo mayor en distancia, permitiría al usuario llegar más rápido a su destino. Y es algo que funciona, recuerdo un viaje desde el centro de París al aeropuerto donde gracias a esta opción pude llegar a tiempo para no perder el vuelo.

Por ello, siendo una función tan interesante, en 2013 Google compró la compañía y esas ventajas se añadieron a Google Maps. Desde entonces, el servicio de mapas de la compañía también da rutas alternativas e indica el tiempo estimado según se use una u otra, lo cual, junto a otras tecnologías ha permitido a Google crear unas herramientas de geolocalización realmente potentes.

Gracias a ellas, otros muchos servicios han podido ver la luz, como los de coches compartidos, aplicaciones de Taxi y un sin fin más de apps que todos en algún momento hemos usado o visto. El problema es hasta qué punto esto puede afectar o no a las ciudades y a sus usuarios de un modo negativo. Son preguntas con respuestas complicadas, pero también sirven para que alguien piense cómo se pueden «hacker» estos sistemas.

Así se hackea Google Maps, con 99 teléfonos

A veces, la forma más sencilla de «hackear» un sistema es usando el ingenio. Eso es lo que ha querido demostrar Simon Weckert y sus 99 teléfonos móviles que paseaba dentro de un carrito de mano.

Como puedes ver en el vídeo, esos teléfonos están conectados a internet y envían los datos que recogen vía GPS. Google que no entiende de otra cosa que no sean datos los procesa y determina que por esa zona no es aconsejable enviar a ninguno de sus usuarios. Es más, si debían coger por ahí les emitirá un señal de alerta para que tengan en cuenta que hay un atasco, aunque realmente no es así.

Sin duda, la forma de jugar con el servicios es llamativa y sirve también para preguntarse hasta qué punto estamos o somos dependientes de este tipo de tecnologías. Avances que no sólo afecta a Google Maps, como decíamos, muchas otras plataformas hacen uso de esos datos para prestar servicio a los usuarios. Aunque Simon también se pregunta, hasta qué punto más allá del tráfico y las recomendaciones de ruta se podrían usar esos datos que aportamos cuando tenemos nuestro teléfono con la señal GPS conectada.


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