Se presentó como el dispositivo del futuro, pero el Ai Pin ha terminado ser un fracaso para los expertos

Humane AI Pin

Con el aspecto de un dispositivo que parecía sacado de Blade Runner o el mismísimo Flashback, el AI Pin se presentaba como un accesorio que puede colgarse en su chaqueta o camisa como si de un pin decorativo se tratara, con la única misión de tener tú mismo punto de vista y poder ayudarte con tus dudas en tiempo real. El producto parecía ser bastante revolucionario, y ahora que la prensa especializada ha podido probarlo, sabemos el verdadero potencial del producto. Y parece haber decepcionado.

El futuro sigue quedando muy lejano

Humane AI Pin

En The Verge han podido probar el AI Pin con tranquilidad, y su resumen es bastante aclaratorio. El dispositivo basado en el sistema operativo CosmOS promete una serie de funciones con las que reemplazar a un teléfono móvil, permitiendo básicamente poder preguntarle de todo para obtener las respuestas de inmediato.

Hay que tener en cuenta que el dispositivo cuesta 699 dólares y requiere una suscripción mensual de 24 dólares, lo que de primeras se intuye que va a ser un dispositivo con mucha demanda. El problema es que en las pruebas realizadas el AI Pin no logra ofrecer los resultados esperando en la mayoría de ocasiones, básicamente porque no logra entender lo que le pides.

Tiende a calentarse bastante, y su colocación con imanes es firme en la mayoría de ropa, pero resulta molesto cuando llevas mochila o algún bolso. Y sí, es un dispositivo con el que te van a mirar sí o sí, ya que su presencia es muy evidente.

El peor gadget jamás probado

Humane AI Pin

Con esa dura sentencia ha resumido el mismísimo Marques Brownlee, ya que según su experiencia el producto tiene muchas cosas malas, básicamente porque promete mucho y no hace prácticamente nada de lo que intenta hacer. Su análisis es increíblemente agresivo, pero es cierto que un clip subido a su cuenta de X (Twitter) es bastante definitorio:

Como puedes comprobar, tras preguntarle al AI Pin qué es lo que tiene frente a él, el dispositivo se toma muchísimo tiempo en reconocer la escena, tanto, que el propio Marques toma su teléfono y hace la consulta con Google Lens, siendo mucho más rápido que el dispositivo que supuestamente viene a reemplazar al teléfono.

La demostración es demoledora, y en un dispositivo de 699 dólares con una suscripción mensual de 24 dólares no se puede permitir. Todo eso, sumado a la frustración de intentar solicitar información y no recibirla adecuadamente, convierten al dispositivo en un producto muy difícil de asimilar.


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