Nvidia acelera sus chips de IA para China entre vetos y recelos

  • Nvidia prepara el B30A y el RTX6000D para China, ambos sobre arquitectura Blackwell y con especificaciones ajustadas a los límites de EE.UU.
  • El regulador chino (CAC) escruta el H20 por posibles riesgos de seguridad, mientras Nvidia niega puertas traseras.
  • Washington permite reanudar ventas del H20 y, según declaraciones públicas, exigirá un 15% de ingresos por ventas a China.
  • Huawei y otros actores locales aceleran alternativas, presionando el 13% de ingresos que China supone para Nvidia.

Chip de IA de Nvidia para China

En medio de una competencia feroz y nuevas reglas de exportación, Nvidia está ajustando su estrategia para China con una hoja de ruta de aceleradores de IA a medida del mercado y de los límites regulatorios. El objetivo es mantener presencia en un entorno cada vez más complejo, con Pekín impulsando proveedores locales y Washington controlando la capacidad de los chips.

La compañía trabaja en soluciones basadas en Blackwell que buscan equilibrar rendimiento y cumplimiento normativo, a la vez que reanuda el suministro del H20. Todo ello se produce mientras el regulador chino examina con lupa los riesgos de seguridad de estos productos y se multiplican las dudas sobre su uso en centros de datos locales.

Qué prepara Nvidia para China: B30A y RTX6000D

Según información adelantada por Reuters, Nvidia ultima un nuevo acelerador conocido internamente como B30A. Este procesador se basaría en la arquitectura Blackwell con diseño de un solo «die» (single-die) y ofrecería aproximadamente la mitad de la potencia del B300, el buque insignia de la casa. Aun así, apuntaría a superar al H20 (arquitectura Hopper) concebido específicamente para el mercado chino.

El B30A integraría memoria de alto ancho de banda HBM y enlace de alta velocidad NVLink para acelerar el tráfico de datos entre GPUs, prestaciones clave en cargas de entrenamiento e inferencia de IA. Nvidia planea enviar muestras de prueba a clientes chinos en las próximas semanas, a expensas de que los permisos de exportación se mantengan.

Aceleradores de inteligencia artificial para China

En paralelo, la firma prepara una opción enfocada a inferencia, el RTX6000D, también bajo Blackwell, diseñado para cumplir con los umbrales de Washington. Este modelo utilizaría memoria GDDR y fijaría su ancho de banda en 1.398 GB/s, justo por debajo del límite que activó restricciones previas, con lotes piloto previstos a partir de septiembre para clientes en China.

Nvidia ha señalado en comunicados que evalúa múltiples configuraciones de producto para competir si los gobiernos lo permiten, y que sus envíos se ajustan a las autorizaciones vigentes para uso comercial.

Límites de exportación y el papel del H20

Tras los vetos de 2023, Nvidia desarrolló el H20 como alternativa específica para China, sacrificando parte del rendimiento para encajar en las reglas de exportación de Estados Unidos. En julio, Washington autorizó la reanudación de ventas del H20 en el país asiático, lo que ha permitido reactivar pedidos mientras llegan los nuevos modelos.

En el frente político, y según declaraciones públicas de autoridades estadounidenses, Nvidia aceptaría transferir un 15% de los ingresos procedentes de ventas de chips de IA a China como parte de una exención condicionada; AMD habría sido incluida en ese esquema. El sector considera esta fórmula una salida para mantener un flujo mínimo de hardware en el mercado chino sin romper los techos impuestos por seguridad nacional.

La estrategia actual de Washington pasa por permitir chips «controlados» que no alcancen las cotas de sus modelos más avanzados (como B300), con la intención de no acelerar la autosuficiencia tecnológica de Pekín y, a la vez, preservar cierto grado de influencia sobre el suministro.

Supervisión en China y desconfianza creciente

El futuro de estos productos en el mercado chino depende, en buena medida, del veredicto de la Administración del Ciberespacio de China (CAC), que evalúa el H20 por potenciales riesgos de seguridad y eventuales mecanismos ocultos. El escrutinio se produce en paralelo a informaciones en medios estatales que califican al H20 como poco seguro para despliegues locales.

Nvidia, por su parte, ha defendido que sus chips no incorporan puertas traseras ni mecanismos de desactivación, en una clara tentativa de recuperar la confianza de clientes y reguladores. La decisión de la CAC, si fuera desfavorable, podría socavar de forma sensible los envíos en China, un mercado que la propia compañía estima crítico.

Al margen del dictamen, las autoridades chinas están empujando a los grandes desarrolladores de modelos de IA a priorizar circuitos integrados de origen nacional. Esa directriz, sumada a la narrativa sobre los riesgos de seguridad, complica el encaje comercial del H20 como solución intermedia.

Alternativas locales: Huawei y otros proveedores

Huawei ha consolidado su línea de aceleradores Ascend en los últimos años con el objetivo de cubrir tanto entrenamiento como inferencia. La compañía trabaja en el Ascend 910D para rivalizar con H100 y, en paralelo, en el Ascend 920, que apunta a ocupar el espacio del H20 dentro del mercado chino. Este último se encaminaría a producción en volumen en la segunda mitad de 2025, en tecnología de 6 nm junto a socios locales.

Junto a Huawei, actores como Moore Threads han presentado GPUs enfocadas a IA que, sobre el papel, compiten en tramos concretos con soluciones de Nvidia y AMD. Aunque la madurez del ecosistema de software y la memoria de alto ancho de banda sigan siendo retos, el gobierno chino acelera su autonomía en semiconductores para reducir la dependencia de hardware extranjero.

Impacto para Nvidia y el mercado

China representó alrededor del 13% de los ingresos anuales de Nvidia en el último ejercicio fiscal, por lo que perder tracción allí sería un golpe relevante. Si la CAC limita el H20 y la transición a Blackwell contenido (B30A/RTX6000D) no cuaja, la compañía podría ver un deterioro de ventas justo cuando la demanda global de IA sigue disparada.

Para intentar evitarlo, Nvidia está encajando especificaciones en el borde del marco regulatorio, adelantando muestras y escalando pequeños lotes. En paralelo, refuerza su mensaje de seguridad y cumplimiento, consciente de que la percepción de riesgo en China pesa casi tanto como las cifras brutas de rendimiento.

Este pulso, con Estados Unidos imponiendo umbrales y China exigiendo confianza y soberanía tecnológica, reconfigura el mercado de GPUs de IA: los «chips para China» son ya una categoría propia, con versiones adaptadas y calendarios de entrega condicionados por la geopolítica.

La evolución en los próximos meses dependerá de tres vectores: el dictamen de la CAC sobre el H20, la aprobación regulatoria del B30A/RTX6000D por parte de EE.UU. y la capacidad de los campeones locales para escalar su hardware con software y memoria competitivos.

Este escenario mantiene a Nvidia intentando conservar el mercado chino con ofertas a medida y concesiones regulatorias, mientras Pekín empuja alternativas y somete a escrutinio cada chip extranjero. Si las nuevas propuestas Blackwell para China pasan el filtro, podrían sostener parte de la demanda; si no, el espacio lo ocuparán con rapidez las soluciones locales que ya llaman a la puerta.


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