La actividad en el negocio de aceleradores de IA en China vuelve a agitarse: Nvidia ha ordenado detener la producción de su chip H20, el modelo diseñado para ajustarse a las restricciones de exportación de Estados Unidos. La compañía reorienta su hoja de ruta en la región y coloca el foco en su siguiente familia de productos.
La decisión llega tras crecientes presiones regulatorias y dudas sobre la adopción del H20 entre grandes clientes chinos. Nvidia, no obstante, insiste en que gestiona su cadena de suministro de forma dinámica para adaptarse a las condiciones del mercado y recalca que sus productos no incluyen accesos ocultos.
Motivos de la pausa y órdenes a proveedores
Según diversas fuentes del sector, Nvidia comunicó a socios clave, entre ellos Samsung Electronics y Amkor Technology, que detuvieran los trabajos relacionados con el H20. En el caso de Amkor, que se encarga del empaquetado avanzado, se habla incluso de un aumento de inventario en proceso a la espera de instrucciones definitivas.
La compañía declinó dar detalles adicionales y se limitó a subrayar que “gestiona constantemente su cadena de suministro”. En paralelo, en los mercados se observó una reacción inmediata: las acciones de Nvidia retrocedieron en operaciones fuera de horario tras conocerse las órdenes, reflejando la incertidumbre sobre la demanda futura de este acelerador.

Advertencias en China y debate sobre seguridad
En las últimas semanas, autoridades chinas recomendaron a grandes tecnológicas locales que evitasen el H20 o justificaran su compra, citando preocupaciones de seguridad nacional. En el ámbito gubernamental, la instrucción habría sido especialmente estricta, a la vez que se alentaba el uso de semiconductores de fabricación nacional.
Entre los recelos ventilados estuvo la posibilidad de funciones de acceso remoto o desactivación. Nvidia negó de forma tajante la existencia de cualquier puerta trasera, recordando que un mecanismo de ese tipo también pondría en riesgo infraestructuras críticas en otros países. De forma separada, se ha documentado que algunos envíos incorporaban dispositivos de seguimiento en el embalaje, aunque no se trataría de una práctica generalizada.
Recalibración de la hoja de ruta: Blackwell B30A
Mientras se frena el H20, Nvidia acelera el relevo con Blackwell B30A, una variante adaptada a los límites regulatorios a partir de la B300 Blackwell Ultra. La diferencia clave está en el encapsulado de matriz única (frente a la doble matriz de la B300), un ajuste que reduce el rendimiento aproximadamente a la mitad para encajar mejor en las normas de exportación.
Este enfoque preserva lo más valioso del ecosistema de la casa: compatibilidad con CUDA y librerías optimizadas. Para los equipos de ingeniería en China, mantener herramientas y flujos de trabajo minimiza costes de migración y permite seguir iterando con rapidez pese al recorte de potencia respecto a Hopper.

Impacto en el mercado y en la competencia local
La retirada del H20 abre un hueco que Huawei y otros proveedores chinos intentan cubrir con propuestas propias. En la práctica, podrían convivir dos caminos: la pila de software madura de Nvidia como estándar de facto, y la alternativa nacional con mejor coste y soberanía tecnológica en un entorno cada vez más sensible.
Washington ha permitido recientemente la reanudación de ventas de aceleradores de gama más baja a China bajo condiciones estrictas, incluyendo una comisión del 15% sobre ingresos en determinados casos, al tiempo que Pekín incrementa el escrutinio de las compras de H20. En bolsa, el nuevo contexto ha impulsado a algunos valores locales de semiconductores, mientras los clientes evalúan riesgos, precios y disponibilidad.
Qué cambia para clientes y suministro
Para los compradores que ya contaban con el H20, la pausa genera incertidumbre sobre calendarios y despliegues. Nvidia arrastra además existencias sin vender y llegó a registrar en el pasado un cargo contable de gran tamaño vinculado a chips destinados a China, por lo que la racionalización de inventario es ahora prioritaria.
La dirección sostiene que sigue en diálogo con Washington sobre el futuro de su oferta específica para China y recuerda que, como reconocen ambos gobiernos, el H20 no se concibió para uso militar ni infraestructuras gubernamentales. La clave inmediata será asegurar suministro estable de la familia Blackwell que cumpla las normas sin renunciar al software y soporte que buscan los centros de datos.
En un escenario marcado por tensiones geopolíticas y límites de exportación, Nvidia pivota del H20 hacia B30A con la intención de mantener presencia en un mercado esencial mientras intenta despejar dudas regulatorias. Para los operadores chinos de IA, la decisión obliga a recalibrar hojas de ruta: seguir con la plataforma de Nvidia por su software y herramientas, optar por hardware nacional, o combinar ambas vías para garantizar la potencia de cálculo que exige la próxima generación de modelos.