Una epidemia que continúa
Según la información publicada por Bloomberg, Toshiba va a seguir teniendo problemas a la hora de suministrar chips reguladores de energía, y la situación parece que se demorará mínimo un año, pudiendo extenderse hasta finales del 2022. Esto supone un gigantesco problema para fabricantes de electrónica de consumo, vehículos y máquinas industriales, que han visto como su producción se ha visto ralentizada y en ocasiones colapsada por la falta de componentes.
Entre esas industrias están obviamente Sony y Microsoft que, con sus Xbox Series X, Series S y PS5, han sufrido en sus propias carnes los retrasos a la hora de poder fabricar sus consolas para repartir por todo el mundo. Pues bien, parece que la cosa va para largo, ya que los problemas de Toshiba les afectarían directamente a ellos al ser clientes muy importantes, pudiendo demorar las entregas una vez más hasta finales del 2022.
El propio director de Toshiba, Takeshi Kamebuchi, ha confirmado que la escasez de materiales es tal que no podrán atender a algunos clientes hasta el 2023, por lo que esto nos llevaría hasta entonces para poder hacernos con una de las nuevas consolas. En el mejor de los casos, septiembre del 2022 sería el momento en el que se podrían cubrir demandas con algunos fabricantes de la manera más rápida posible, por lo que la situación es realmente crítica, ya que básicamente nos están diciendo que vamos a seguir tal y como estamos un año más como mínimo.
La importancia de las consolas
Toshiba ha mencionado especialmente a Sony y Microsoft como unos de los clientes más importantes de la empresa, y ha lamentado sinceramente su frustración ante tal situación. Dicho esto, podríamos entender que las consolas tendrían una posición privilegiada en el orden de envíos de materiales, pero esto nos serviría de poco si Toshiba apunta a septiembre como la fecha más próxima de entrega.
Teniendo en cuenta que la escasez de consolas afecta a todo el mundo, es muy posible que conseguir una siga siendo misión imposible en el momento que vuelvan a llegar a las tiendas, ya que estas fechas estimadas sólo nos hacen pensar en lo peor.
Eso sí, los que ya se frotan las manos son aquellos que se dedican a capturar unidades disponibles de los centros comerciales y web de distribución para revenderlas a precios astronómicos. Parece que el 2022 podría ser otro buen año para este tipo de carroñeros.
¿No se puede hacer nada más?
La situación que está sufriendo Toshiba es muy complicada. El problema radica en la suma de dos factores clave: la falta de material y la altísima demanda que existe. Esto ha provocado que los fabricantes de componentes se encuentren con un tapón importante en su cola de trabajo, por lo que resulta muy complicado poder salir adelante y recuperar el ritmo de producción de siempre.
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