Solo pasó un mes. Tras el lanzamiento de Leyendas Pokémon: Arceus, Game Freak no tardó en mostrarnos el teaser de la próxima aventura de la saga principal de Pokémon: Escarlata y Púrpura. Este nuevo título llegará a finales de este año, y será la primera generación que juguemos en un mundo abierto —o eso nos han prometido—. Y aquí es donde toca ponernos críticos con Game Freak. Aunque la experiencia con el Leyendas fue satisfactoria, hay muchas cosillas que son muy mejorables de cara a hacer un buen juego de Pokémon de mundo abierto. Por eso mismo, hoy vamos a hacer un repaso de todo lo que falló en Leyendas Pokémon: Arceus que debería mejorar en Escarlata y Púrpura.
Pokémon todavía tiene mucho que demostrar como mundo abierto
Los juegos de Pokémon siempre han tenido un desarrollo bastante lineal. Durante la primera generación, el jugador podía alterar ligeramente su ruta, pero en los juegos más actuales, el progreso se ha convertido en una línea recta, especialmente con el salto al 3D. Eso choca frontalmente con la idea de diseñar un juego de mundo abierto. Hacer un juego de este tipo no consiste en hacer un mapa enorme y dejar que el jugador lo recorra a pie entre cinemática y cinemática. Esto fue un gran error de Leyendas Pokémon: Arceus que debe resolverse de cara a nuevos juegos de mundo abierto. De lo contrario, solo tendremos un juego que volverá a ser el Área Silvestre de Espada y Escudo. Veamos qué más debe aportar Escarlata y Púrpura para no cometer este mismo error:
Misiones alternativas
Las side quests nunca han sido el punto fuerte de Pokémon. Sin embargo, es un elemento obligatorio dentro de los juegos de mundo abierto. Sin misiones secundarias, un mundo abierto no es más que un mapa aburrido que hay que recorrer para ir de un punto A a un punto B. Y para eso ya preferimos los juegos de toda la vida. Leyendas Pokémon: Arceus metió bastante la pata en este punto. Las misiones secundarias son pocas, sosas y aburridas. Con un mundo abierto tan grande, resulta un poco absurdo que no podamos explorar diferentes aventuras más allá de los planes del Equipo Galaxia. Por otro lado, misiones como lo de buscar las volutas de Alma son una forma cutre y artificial de alargar el juego sin meter diversión.
Si Pokémon Escarlata y Pokémon Púrpura no quiere decepcionar, su mundo deberá tener NPCs que nos encarguen misiones que requieran algo más que cruzar la calle —de ahí la foto de Choi en Leyendas Arceus—.
Un sistema de decisiones donde se pueda decidir
Pokémon hace excesivo uso de los diálogos que llevan a bucles infinitos. Su sistema de decisiones es inexistente, y esto debería cambiar de cara a mejorar la experiencia del usuario. En un mundo abierto, estos detalles marcan la diferencia. Es un poco ridículo que el juego trate de llevarte de la mano cuando a ti te apetece hacer otras cosas.
Volviendo a Leyendas Pokémon: Arceus, se hizo viral un vídeo de Alexelcapo, donde demostraba que no puedes aparcar una de las misiones del principio del juego, pese a que tu compañero de investigación te pregunta si quieres hacer la misión en ese momento o dejarlo para más tarde. Si no se puede elegir, entonces el juego no debería darnos la posibilidad de hacerlo.
Mecánicas sobre el propio personaje
Un juego de 2022 no puede tener mecánicas del año 2001. Durante mi partida de Leyendas Pokémon: Arceus, fue llegar al Pantanal Carmesí y pensar que estaba jugando a GTA III. Tu personaje sabe nadar, pero no mucho. Si cae al agua, pegará un par de brazadas con una técnica más bonita que la de Mireia Belmonte. Pero acto seguido, perderá pié y se ahogará. Resulta totalmente absurdo. O sabe nadar, o se ahoga. Pero las dos cosas hacen que te hierva la sangre.
Por otro lado, el personaje de Leyendas no tiene barra de vida, por lo que no puedes medir el daño que te hacen los Pokémon. La salud se recupera sola, únicamente si no te mira un Pokémon salvaje. Esto hace que sea imposible recuperarte de un ataque cuando luchas contra un Pokémon señorial. De nuevo, la mecánica se siente muy anticuada.
Hay una diferencia clave entre Leyendas Pokémon: Arceus y Pokémon Espada y Escudo. En el juego de mundo abierto, tu personaje es el protagonista. Los Pokémon son elementos secundarios. Por ese mismo motivo, Game Freak debería haber pensado una forma de utilizar también objetos sobre nuestro personaje. Recuperar vida, tener más stamina, afinar la puntería… incluso la gestión de la mochila en Leyendas Pokémon: Arceus es osada, pero podría mejorarse. Puedes llevar 900 Pokéball, pero no 20 bayas diferentes. ¿Por qué no hacer un sistema de peso como en Fallout? Sería mucho más justo —y evitaría que el usurero de la sede del Equipo Galaxia se haga multimillonario a cambio de aumentar nuestra mochila con un precio siempre ascendente—.
También el juego mejoraría si se pudiesen mejorar atributos como la fuerza, o lo que es lo mismo, que nuestro personaje también tuviese su mapa de habilidades y conforme vayamos avanzando, pongamos puntos para mejorar algunas características. Sí, esto no se ha hecho jamás en Pokémon. ¿Pero no sería interesante poder lanzar Pokéball más lejos, ser más sigiloso o tener algo más de resistencia a los ataques de los salvajes aplicando una serie de puntos? Se abriría un mundo de posibilidades.
Una trama más realista
No hace falta tener los mejores gráficos del mundo para contar una buena historia. Quien no lo crea, que se pille el Metroid Dread. Por desgracia, Espada/Escudo y Leyendas Pokémon: Arceus ni tienen buenos gráficos, ni tienen buenas historias. En la octava generación, el equipo de villanos es prácticamente de atrezo. No solo no funcionan; es que no se les podría considerar ni malos. Y consideramos que Rose es el malo porque la lista de personas que trabajaron el el juego es demasiado larga.
Con el Arceus pasa lo mismo. El Isekai no es más que un burdo truco para no tener que justificar nada de la trama. Por poner un ejemplo muchos criticamos Lost —pese a que en el fondo hasta nos gusta— porque salió del paso sin explicar los fenómenos extraños que transcurren a lo largo de las temporadas. Con Leyendas Pokémon: Arceus pasa algo similar. Aunque llegas a comprender la historia tras conocer los planes de Volus, el encuentro final con Arceus tras coleccionar cientos de Pokémon no sirve para nada. No te va a dar la respuesta que buscas porque sencillamente, no la hay.
Y voy a volver a ser pesado con Metroid Dread porque creo que es uno de los mejores juegos que se han lanzado para Nintendo Switch. Con unos gráficos simples y muy poco diálogo, el título te cuenta una historia compleja, donde tienes que leer mucho entre líneas y donde hay varios plot twist que te dejan la boca abierta. Un juego de acción en 2D no debería tener una trama más compleja que un título como Pokémon, donde siempre vemos enfrentados al bien y al mal, y nos ponemos en el cuerpo de un héroe.
La vuelta del sistema de combates tradicional y ajuste de dificultad
No, Game Freak. Por favor, no repitas nunca más el sistema de combates de Leyendas Arceus. Los menos experimentados en Pokémon no llegan a darse cuenta del cambio, pero el meta simplificado fastidia los pocos combates que hay en el videojuego. Ya lo comenté en la crítica de forma extendida y no quiero volver a hacer demasiado hincapié en este aspecto, pero es un gran paso atrás en la franquicia.
Por otro lado, he comenzado el post hablando de la dificultad. Y, curiosamente, el Leyendas repite un error garrafal de otro título nefasto de Pokémon: Ultra Sol y Ultra Luna. Durante todo Leyendas Pokémon: Arceus, nos enfrentamos a combates de lo más simples, con una dificultad apta para bebés. Sin embargo, llegamos al combate final contra Volus y la dificultad sube exponencialmente. Os invito a que os metáis en YouTube y busquéis vídeos de streamers jugando la batalla final contra el villano. No busquéis vídeos recortados, sino la secuencia entera, con todos los intentos, maldiciones, gritos y caras de indignación que ponen. Este mismo fenómeno ya ocurría en el título de séptima generación. Tras un juego sin ninguna dificultad, te tocaba combatir con un Ultra Necrozma absurdamente difícil de derrotar sin venir a cuento. El juego debería suponer un desafío, pero crear un reto totalmente artificial no tiene sentido y que te obliga a usar ‘Revivir’ si quieres tener alguna remota oportunidad de salir victorioso del encuentro.
De hecho, esto choca también con lo que nos venden. Masuda y compañía quieren que Pokémon sea un juego para niños. ¿Por qué ofrecer un nivel tan bajo y aburrido durante todo el juego para subirlo de una forma tan ridícula justo en la prueba final del juego de forma injusta? Ya que estamos, alguien debería decirle a los señores de Game Freak que los niños de ahora no son más tontos que los niños de los 90. Si con 6 años y casi sin saber leer, los millennials supimos entrar en la Zona Safari de Pokémon Amarillo para recuperar la dentadura de un abuelo de Ciudad Fucsia, los niños de ahora se merecen mínimo ese nivel de dificultad. No pedimos combates con la inteligencia artificial del Coliseo Aura de Pokémon XD —que no estaría mal siempre que se den en igualdad de condiciones, dicho sea de paso—, pero por lo menos, el juego debería exigir lo suficiente como para no bostezar entre gimnasio y gimnasio.
Gráficos a la altura y voces
La Nintendo Switch no es la consola más poderosa de la galaxia, pero los gráficos del último título de Pokémon fueron bastante deprimentes, y jamás debió salir en ese estado. Hay títulos para la misma consola que se ven mucho mejor, y la dirección artística de los juegos de Game Freak ha sido muy pobre en los últimos años.
Tampoco hay excusas para que Game Freak no añada voces a sus juegos a estas alturas. Son estos pequeños detalles los que demuestran que Pokémon se ha quedado anclada en el pasado y no hace el esfuerzo suficiente para cumplir los estándares de calidad actuales. Con Escarlata y Púrpura, todavía tienen la oportunidad de demostrar algo más antes de terminar de agotar la paciencia de muchos fans de la saga.