Los videojuegos son hoy en día una nueva forma de consumir arte y cultura, y como en cada rama, hay contenido para todo tipo de usuarios. Para eso existen las diferentes organizaciones que se encargan de calificar los juegos, pero para el gobierno de Pensilvania no parece ser suficiente, ya que están dispuestos a plantar un impuesto para todos aquellos títulos para adultos.
Un impuesto para los videojuegos adultos
Se trata de un proyector de ley propuesto que ya intentaron instaurar en 2018 y que ahora, vuelven a proponerlo con la intención de recaudar un 10% adicional con todos esos videojuegos violentos para usuarios mayores de 18 años. Según el representante republicano Christopher Quinn, el impuesto sólo se aplicaría a los juegos categorizados como M (Mature), que implica a todos aquellos para mayores de edad o sólo para adultos.
Como podrás imaginar, esto implicaría una subida del precio de un videojuego bastante considerable, algo a lo que las desarrolladores y distribuidoras rechazan inmediatamente.
Otra vez relacionando los videojuegos con casos de violencia
Según expuso Quinn el año pasado en la presentación del proyecto de ley, «los videojuegos violentos pueden estar contribuyendo al aumento y la intensidad de la violencia escolar debido a que es el material que los niños ven y representan en los videojuegos”. Debido a este pensamiento, los responsables de la nueva ley están convencidos que el impuesto ayudará a controlar el impacto de los mismos en la sociedad. Genios.
Tal y como afirman, este impuesto no prohibiría los videojuegos violentos, sino que serviría para “introducir una inyección de ingresos que servirían para ayudar a hacer las escuelas más seguras”. La industria del videojuego por su parte ha sido tajante, y a través de la Entertainment Software Association aseguran que el proyecto de ley 109 violaría la constitución de los Estados Unidos.
Una industria que mueve millones
Obviamente el intento de sacar tajada de los videojuegos no es casual. Estamos hablando de una industria que anualmente mueve miles de millones de dólares, y un pequeño pellizco vendría genial al estado. Además, según la ESRB, 8 de los 20 videojuegos más vendidos del año tenían catalogación M, por lo que dicha catalogación también tomaría gran parte del pastel.
Teniendo en cuenta la respuesta del sector y que estamos ante un segundo intento de colocar esta ley, probablemente todo se quede en nada y no prospere, pero de conseguirlo, estamos seguros que seguirá dando de qué hablar, ya que habría que ver si logra contagiar su propósito a más Estados del territorio americano.