He podido probar el Logitech Challenge X, y puedo decir que tener un asiento de carreras es casa es posible, ya que este modelo se pliega prácticamente como una silla de playa. Es ligero, relativamente compacto y muy cómodo, lo que lo convierten en la solución ideal para aquellos que quieren y creían que no podían tener uno.
El cockpit que parece una silla de playa
No me mal interpretes. Este asiento de carreras luce genial, pero es su sistema de plegado el que me recuerda inevitablemente a una de esas sillas de playa de plegado en cruz. El Challenge X es un asiendo de conductor que ofrece un respaldar muy cómodo y amoldable, una barra de sujeción para un volante y un carril inferior en el que colocar una pedalera.
Cuando lo pliegas, su brazo móvil permite dar paso al asiento sin adoptar posturas extrañas; y una vez sentado, tendrás frente a ti perfectamente colocado el volante y la pedalera. El asiento es de tela transpirable, y su relativa elasticidad te abraza la espalda, sintiéndote arropado, sujeto y perfectamente colocado en el asiento.
Para ajustar el grado de inclinación del respaldar utilizaremos unos engranajes laterales con un sistema de ajuste bastante sencillo que nos permitirá elegir entre 6 posiciones diferentes. Este ajuste permite que podamos plegar y desplegar la silla en cuestión de menos de un minuto.
Cuando el asiento no tiene colocados el volante y los pedales se puede plegar al máximo obteniendo el menor volumen posible. De todas formas, una vez que tengas el volante y la pedalera colocada, lo normal es que no los retires debido al tiempo que se requiere para colocar perfectamente los cables, así que el plegado de la silla ocupará algo más. Eso sí, el volumen total no es nada especialmente alarmante, y tendrás todo recogido a la perfección para volver a desplegarlo la próxima vez que juegues.
Perfecta para pilotos sin espacio
En mi caso he podido tener la silla plegada en un rincón de casa para abrirla en el momento de jugar. Esto es algo impensable en modelo fijos, que requieren un espacio extra bastante voluminoso, y que precisamente no encajan para nada en una decoración típica de un salón. Esos cockpits fijos prácticamente están destinados a configuraciones y setups en habitaciones dedicadas, por lo que esta solución de Logitech es perfecta para aquellos que estén corto de espacio.
La silla en cuestión es bastante cómoda, y la tela transpirable se siente bastante bien tras varias horas de juego. El sistema de apertura para entrar en la cabina es extremadamente cómodo, ya que evita tener que saltar parte de la estructura y los cables. Basta con girar una pieza para asegurar la estructura y evitar que se abra en movimientos bruscos.
El Playseat Challenge X cuesta 299 euros, y aunque no es un periférico especialmente económico, vale cada euro que cuesta. Los fanáticos de los simuladores encontrarán en él la solución que estaban buscando, y podrán tener por fin un cockpit que poder guardar junto a la tabla de planchar.