Nintendo ha vuelto a centrar su atención en combatir la piratería dentro de su comunidad, esta vez con el caso de EveryGameGuru, un conocido streamer que ha captado la atención de la compañía por retransmitir juegos de Nintendo Switch antes de sus lanzamientos oficiales y hacerlo a través de emuladores. Este comportamiento ha acabado en los juzgados, traduciéndose en una demanda multimillonaria que está dando mucho que hablar en la comunidad gamer. Este incidente pone de nuevo sobre la mesa el debate de los emuladores y la piratería, y es que mientras que algunos usuarios ven los emuladores como una forma de preservar títulos antiguos, Nintendo ha dejado claro que no va a tolerar su uso cuando se trata de sus títulos más recientes, y mucho menos si estos son retransmitidos públicamente antes de estar disponibles oficialmente.
Quién es EveryGameGuru
EveryGameGuru, cuyo nombre real es Jesse Keighin, llevaba tiempo retransmitiendo juegos emulados de Nintendo Switch en varias plataformas, incluidos YouTube, Twitch y Kick. Pero el verdadero problema surgió cuando empezó a mostrar juegos que aún no habían sido lanzados oficialmente, lo que afectaba directamente el marketing de esos títulos. Entre ellos se encontraba el esperado Mario & Luigi: Brothership, que fue jugado públicamente por Keighin incluso antes de su fecha de lanzamiento, el 7 de noviembre de 2024.
Nintendo no tardó en reaccionar. Durante meses, emitió avisos de retiro de contenido y presentó órdenes de cese y desistimiento, pero Keighin ignoró todas las advertencias y, en lugar de frenar su actividad, intensificó su provocación. En múltiples ocasiones, se burló de Nintendo alegando que tenía «miles de cuentas de respaldo» y que, aunque le cerraran una, volvería a aparecer bajo otro nombre para seguir retransmitiendo los juegos de la compañía.
Una demanda millonaria
Finalmente, el 6 de noviembre de 2024, Nintendo presentó una demanda en el tribunal del distrito de Colorado contra Keighin. En la demanda, la compañía señala que el streamer no solo retransmitía los juegos sin autorización, sino que también mostraba públicamente cómo utilizar emuladores como Ryujinx y Yuzu para jugar sin necesidad de comprar una consola Nintendo Switch. Este comportamiento no solo afectaba a las ventas de hardware, sino también a los juegos que aún no estaban disponibles de forma oficial.
La compañía ha exigido 7,5 millones de dólares como compensación, basándose en que Keighin cometió 50 infracciones, cada una valorada en 150.000 dólares. Además, el streamer llegó a retransmitir por lo menos 10 juegos antes de su lanzamiento, lo que agravó aún más la postura de Nintendo en contra de sus actividades.
La respuesta de la comunidad
La noticia ha resonado fuertemente en la comunidad de jugadores y creadores de contenido. Mientras algunos defienden el uso de emuladores para preservar juegos antiguos, la postura de Nintendo es firme cuando se trata de sus títulos más recientes y activos comercialmente. Esta demanda es un claro recordatorio de que la compañía japonesa no tolerará ninguna forma de piratería o retransmisión ilegal de su contenido.
No es la primera vez que Nintendo se enfrenta a un caso de este tipo. A lo largo de los años, ha sido uno de los principales defensores de los derechos de autor en la industria del videojuego, y se ha mantenido firme en su lucha contra la piratería de su contenido. Desde cerrar páginas de ROMs hasta demandar a desarrolladores de emuladores, la compañía ha demostrado que no permitirá que se infrinjan sus derechos sin tomar medidas drásticas.
¿Un exceso por parte de Nintendo?
Algunos critican que Nintendo emplee medidas tan severas contra streamers y jugadores. Sin embargo, desde un punto de vista comercial, es muy posible que la retransmisión de juegos antes de su lanzamiento comprometa las expectativas del público, pudiendo reducir drásticamente las ventas. Además, la promoción de emuladores facilita el acceso a estos títulos de manera ilegal, una práctica que la compañía no está dispuesta a permitir.
A pesar de las críticas, las demandas de Nintendo han sido en su mayoría exitosas. En este caso, no solo buscan millones de dólares en compensación, sino también dar un mensaje claro a cualquiera que intente vulnerar sus derechos de autor. Si pensabas que la marca sólo iba por compañías de cierto peso, esto demuestra que no le tiembla el pulso a atacar a alguien que simplemente retransmite desde su casa.