Pixel-art vs estilo moderno
Como bien sabéis, eso del pixel-art es algo así como emular en un videojuego, aposta, el estilo visual de los desarrollos que se llevaron a cabo durante los años 80 y buena parte de la primera mitad de los 90. Mientras los ordenadores no contaban con una resolución de pantalla demasiado grande y aquello del HD o el FullHD era pura utopía. Producto de esa limitación se desarrolló estilo visual que hoy huele a retro y que con la llegada de Return of Monkey Island se ha vuelto a poner en boca de todos.
Y la razón hay que buscarla en que, a pesar de la buena noticia del regreso de la tercera parte de la saga original (la de los primeros juegos de finales de los 80 y principios de los 90), algunos fans se quejan con la boca pequeña de que Ron Gilbert no haya vuelto a esos orígenes. Por suerte, parece que el norteamericano tiene las cosas claras y cree que esta continuación argumental de LeChuck’s Revenge debe ser completamente libre y no sufrir las ataduras de sus predecesores.
En una entrevista en Adventure Gamers viene a recordar que Return of Monkey Island «es más que una evolución. No terminamos optando por ese estilo [pixel-art], pero encontré una imagen llamativa, y una de las cosas que estaba buscando en el arte era hacer algo que realmente no se había hecho antes. El pixel-art se había hecho antes, ahora estamos a treinta y cinco años después de la última versión del juego pixel-art«. Es más, recuerda que «[The Curse of Monkey Island] tenía su estilo artístico, [Escape from Monkey Island] tenía su propio estilo artístico, [Tales of Monkey Island] tenía su propio estilo artístico» por lo que «ha habido más juegos que no son pixel-art que los que los han sido». Así que la decisión ha sido sencilla: adiós gráficos pixelados, hola estilo «moderno».
Thimbleweed Park marcó el camino
De todas formas, cuando en 2013 Ron Gilbert escribió en su blog cómo podría ser su siguiente Monkey Island, en realidad estaba describiendo un título pixel-art en toda regla así que, ¿qué creéis que pasó para que no tomara ese camino? Pues muy sencillo: se embarcó en Thimbleweed Park, el juego que lanzó en 2017, y que ya se encargó de saciar todas sus ansias de realizar una aventura gráfica con ese estilo tan inconfundible de mostrar escenarios y personajes.
Una vez concluido el proyecto, Ron se sitió libre de ataduras pixel-art para su siguiente empresa, que no sería otra que la de desarrollar Return of Monkey Island, la continuación argumental de ese Monkey Island LeChuck’s Revenge que revolucionó por completo el panorama de las aventuras gráficas hace ahora 30 años (en España).
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