Si tienes una Raspberry Pi puedes montar tu propio NAS fácilmente

Uno de los proyectos más populares que puedes hacer con una Raspberry Pi es montarte tu propio NAS. Y ahora que el modelo más reciente con 2GB de RAM bajó de precio más aún. Porque aprovechas la potencia y mejoras a nivel de conexiones que ofrece. Así que, vamos a ello.

Por qué crear un NAS con una Raspberry Pi

NAS 2 Bahia Asustor Nimbustor 2

Teniendo en cuenta la variedad de modelos de NAS de marcas como Synology, QNAP o ASUSTOR entre otras que existen y los precios de estos, por qué resultaría interesante montarte tu propio NAS. Veamos los pros y contras.

Si no te quieres complicar, evitar posibles contratiempos y tener un producto, digamos, bien acabado es evidente que la mejor opción es optar por uno de los NAS comerciales que puedes encontrar ya en el mercado. Además, estos ofrecen un software y aplicaciones ya consolidadas.

Sin embargo, el principal problema de estas soluciones NAS es que debes elegir muy bien qué modelo comprar. Porque resulta habitual optar por un modelo que luego se queda corto o ofrece más de lo que realmente necesitas, por lo que no compensa su inversión.

Montándote tu propio NAS tienes libertad para ampliar o no cuando lo necesites, para trastear todo lo necesario y valorar si, de cara al futuro, la compra de un NAS sería interesante o no para ti.

Si a esto le sumas que crear tu propio NAS con una Raspberry Pi es más económico, creo que no hace falta seguir dando más motivos para, al menos, probar la experiencia.

Cómo crear tu propio NAS con la Raspberry Pi 4

Para montar tu propio NAS lo primero que debes conocer es qué vas a necesitar, tanto a nivel de software como hardware. Los requisitos básicos son:

  • Raspberry Pi. Da igual el modelo, pero cuanto más reciente mejor. La Raspberry Pi 4 con 2 GB de RAM es una gran opción ahora mismo.
  • Unidades de almacenamiento USB. Si quieres conectar varías tendrás que recurrir a un HUB.
  • Según el modelo de Raspberry Pi, cable ethernet para conectar al romper (opción recomendada) o bien adaptador Wifi para hacerlo de forma inalámbrica.
  • Tarjeta SD o microSD para la instalación del software
  • Si quieres subir el nivel, existen unas placas que añaden conexiones SATA a la Raspberry Pi

Cuando ya tengas todo lo necesario, el siguiente paso es descargar el software que vas a usar para montarte el NAS. OpenMediaVault es la distribución centrada en esta tarea de montar tu propio NAS.

El proceso de instalación del software no resulta complejo, y con aplicaciones como ApplePi-Backer o BerryBoot es cuestión de seguir unos sencillos pasos y ya lo tendrás. Una vez hecho, introduce la tarjeta en la Raspberry Pi, conecta los discos USB y enciéndela.

OpenMediaVault

A partir de ese momento, los siguientes pasos ya los realizarás en la propia interfaz web de OpenMediaVault. Para conocer la IP asignada a la Raspberry Pi hay muchas opciones, pero si tienes un terminal Android hay una aplicación muy sencilla de usar llamada Network Discovery.

Configuración OpenMediaVault

Al igual que en las soluciones de Synology o QNAP, Openmediavault ofrece numerosas opciones de configuración con las que, por ejemplo, podrás crear un soporte de almacenamiento usando RAID 0, 1, JBOD, etc. Y eso es sólo el inicio, hay muchos más ajustes que los usuarios avanzados sabrán aprovechar y los menos expertos tendrán que investigar. Para eso te puede ayudar la documentación oficial de Openmedivault. Así no tendrás dudas a la hora de establecer usuarios, permisos y hacer uso de algunas utilidades que te permiten compartir contenido multimedia con otros equipos, realizar copias de seguridad remotas, etc.

Si tras llevar acabo el proceso ves que un NAS no es una solución adecuada para ti, no pasa nada. Borra la tarjeta de memoria y aprovecha tu Raspberry Pi para realizar cualquier otro proyecto. El que nunca falla, el de crear tu propia consola retro gracias a los numeroso emuladores disponibles.

¿Existen otras alternativas?

OpenMediaVault es una de las soluciones que puedes utilizar para convertir tu Raspberry Pi en un NAS, pero no la única. Existen varias alternativas que puedes utilizar en función de tus preferencias o de tus conocimientos.

Samba sobre Raspbian

Si ya tienes una tarjeta con Raspbian instalado y no quieres complicarte la vida, lo más fácil que puedes hacer es conservar el sistema e instalar Samba, que es un programa muy sencillo que permite compartir tus ficheros en red local.

La instalación se hace con unas cuantas líneas de comandos, pero hay cientos de tutoriales por Internet y solo te tomará unos minutos configurar todo el sistema. No es tan bonito como OpenMediaVault, pero es una solución muy funcional si solo vas a acceder a tus archivos desde casa ya tengas Windows, Linux o macOS.

Owncloud

owncloud raspberry pi.jpg

Imagina tener tu propio Dropbox. Pero, en lugar de pagar una mensualidad, simplemente tendrás que configurar el sistema con tu Raspberry Pi para luego acceder con tu smartphone, tablet u ordenador personal.

Si te gusta cacharrear y experimentar con distintos sistemas, nuestra recomendación es que pruebes primero con OpenMediaVault. Una vez lo tengas, puedes experimentar con Owncloud en otra tarjeta microSD para no estropear la instalación y así valorar cuál de los dos sistemas se adapta más a lo que necesitas.

Nextcloud

nextcloud raspberry pi

Nextcloud es un fork de Owncloud que tiene un muy buen seguimiento y una gran comunidad. La configuración es muy similar, pero tiene distintas integraciones que te pueden servir en según qué casos. Si tienes ganas de probar sistemas distintos, Nextcloud también es una solución interesante para hacerte un NAS barato con una Raspberry Pi. No obstante, este software, al igual que Owncloud, funciona bastante mejor con un hardware de PC convencional. Esto no quita que no sea interesante probarlo en una Raspberry Pi para comprender su funcionamiento, habituarse al sistema y escalar posteriormente en caso de que sea necesario.

NAS vs Raspberry Pi vs nube

Tanto un NAS comercial como una Raspberry Pi o los distintos servicios de almacenamiento en la nube tienen como punto común que son ubicaciones online en las que guardar toda nuestra información. ¿Cuál es mejor de las tres? Pues todo dependerá del uso y necesidades de cada uno.

A favor del NAS

Un NAS comercial, de los que ya vienen configurados con su propio software, distintos números de bahías, etc., suele ser la opción ideal para quien busca cero complicaciones y, normalmente, un mayor rendimiento. Porque podrás acceder a modelos de muy alta gama pensados para usos exigentes. Tanto por volumen de información a guardar como para usos determinados tipo virtualización de sistemas operativos, edición de vídeo en red, etc.

Existen un montón de productos NAS en el mercado para todo tipo de clientes. Desde los equipos más básicos con dos bahías de discos, hasta equipos mucho más complejos pensados para pequeñas y medianas empresas. Obviamente, la Raspberry Pi la usaremos más con fines domésticos, pues su configuración y mantenimiento no son precisamente su punto fuerte.

A favor de la Raspberry Pi

Las Raspberry Pi y un software NAS como Openmediavault te permite controlar tú todo el hardware e instalación. Esto tiene ventajas, pero también implica tener más necesidades en caso de errores o simplemente sacarle el máximo partido. Por tanto, debes tener paciencia y lidiar con ciertas limitaciones. Aunque lo más importante es que no es una solución para exigentes.

A favor de las soluciones Cloud

Por último, para todos aquellos que tanto una como otra opción les quede grande, los servicios en la nube de Microsoft, Apple, Google o Dropbox entre muchos más son suficiente para tener una copia accesible desde cualquier lugar con conexión a internet de sus datos más importantes o necesarios para el día a día.

Aquí el verdadero problema es el dinero. Los servicios en la nube tienen un coste mensual o anual. Aunque son asequibles, si echas cuentas, descubrirás que en unos pocos meses, una Raspberry Pi convertida en NAS o un NAS te habrán salido más rentables. Además, la escalabilidad de tu propio equipo se va abaratando en esos dos casos, pues solo tendrás que adquirir los discos. Con las soluciones en la nube, cada escalón que subas costará más dinero, y no tendrás tan presente la idea de estar amortizando tu inversión.

¿Merece la pena el experimento?

Depende del uso que vayas a darle. Si lo que buscas es compartir archivos multimedia en tu red local y poder reproducirlos en distintos dispositivos, hacer un NAS con tu Raspberry Pi puede ser una opción bastante divertida a la vez que asequible.

No obstante, si buscas algo un poco más profesional, lo recomendable es que te hagas con un NAS de verdad. El NAS hecho con Raspberry Pi tiene varias carencias:

Velocidad

Al estar limitado por la conexión USB, la lectura y escritura de datos no es tan rápida como ocurriría con una interfaz SAS o SATA que tendrías en un equipo dedicado. Por otro lado, tampoco puedes tomar ventaja de la velocidad de escritura y lectura que se obtiene en los sistemas RAID.

Seguridad

Aunque hay sistemas capaces de hacer RAID por software en Raspberry Pi, un NAS de toda la vida va a realizar mejor este trabajo. Recuerda siempre que un NAS no es un sistema diseñado para hacer copias de seguridad.

No obstante, a la hora de dar estabilidad a nuestros datos, un RAID 1 o RAID 10 es más fiable y también más sencillo de realizar con un hardware específico en lugar de una Raspberry Pi. Por otro lado, limitados a los discos USB, renunciaremos también al estado S.M.A.R.T, por lo que no podremos anticipar con tanta ventaja si nuestro disco está fallando.

Precio

En este apartado, la Rasberry Pi se lleva el punto. Aunque el proceso tiene su ciencia, lo cierto es que ahorraremos bastante dinero fabricando nuestro propio NAS con la Raspberry Pi. Los discos de 3,5 que debes usar en un NAS son bastante caros. Normalmente, no vale usar cualquier disco. Lo ideal es usar dispositivos preparados para servidores, diseñados para estar funcionando 24/7. En un NAS doméstico hecho con una Raspberry Pi, eso no es una prioridad. No obstante, debes saber también que ningún disco doméstico está diseñado para funcionar conectado las 24 horas.

Consumo energético

La mayoría de sistemas NAS del mercado están preparados para tener un consumo de energía muy bajo. Sin embargo, si usas una Raspberry Pi y discos de 2,5 pulgadas, el consumo de electricidad será todavía más bajo.

El consumo energético no suele ser una pega cuando hablamos de estos equipos. Un NAS bien equipado suele llevar procesasores Celeron con un TDP muy bajo y potencia suficiente para mover el sistema. También suelen incluir modos de reposo para cuando pasamos mucho tiempo sin conectarnos al servidor.

Ruido

La Raspberry Pi también gana a nivel acústico. Al no necesitar ventiladores, únicamente escucharás las agujas de los discos. Por otro lado, los discos en los NAS van encapsulados en la carcasa del equipo. Pese a ello, si comparamos, el NAS hará mucho más ruido al tener más discos y usar los modelos de 3,5.


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