La Canon EOS R5 es una cámara muy especial, y es que una mirrorless con sus características no es algo que se vea todos los días. Sorprendió con su lanzamiento, y nos ha sorprendido con rendimiento, pero hemos encontrado ciertas incomodidades que podría no gustar demasiado a ciertos perfiles de usuarios.
Canon EOS R5, análisis en vídeo
Porque una cámara de fotos vale 4.600 euros
Los rumores ya sonaban demasiado increíbles para ser verdad. Pero lo fueron. La EOS R5 llega con una grabación de vídeo en formato 8K, además de poder grabar también en 4K a 120 imágenes por segundo, todo gracias a un sensor de nada menos que 45 megapíxeles. ¿Qué puede salir mal en esta combinación?
Lo primero que a muchos podrá hacerles levantar la ceja es sin duda su precio. Una etiqueta de 4.599 euros es algo que asombra, pero debemos de tener en cuenta que estamos ante una cámara de corte profesional, por lo que deberás de olvidarte si lo que buscas en ella es poco más de fotografiar unas vacaciones.
El captor de 45 megapíxeles es una presentación clarísima de hacia dónde se dirige esta cámara, y un par de pinceladas más permiten colocarla como el modelo más avanzado actual del catálogo de Canon.
Un salto más desde la EOS R6
Anteriormente ya pudimos probar el rendimiento de la EOS R6, y nos gustó mucho, y en esta ocasión, al sostener la EOS R5, hemos tenido sensaciones muy parecidas. La culpa la tiene la construcción del fabricante, muy bien acabada y con un empaque que personalmente me gusta mucho en la mano. Sólo hay que agarrar la empuñadura para sentir que la cámara se hace a la mano, se sostiene muy segura y firme, y ofrece sensación de seguridad y robustez.
A nivel de detalles se ha incluido una útil pantalla que servirá para ver los ajustes y seleccionar los modos de disparo, pero no es algo especialmente nuevo, ya que estaba presente en la Canon EOS R. Sí hay que agradecer la presencia del joystick con el que poder navegar por los menús, un controlador extremadamente cómodo que no hace más que recordar la herencia de la EOS 5D que recoge este modelo, además de la rueda de control.
El punto luxury lo pone el visor OLED, una diminuta pantalla con 5 millones de píxeles que se ve espectacularmente bien, aunque debemos de decir que la EOS R6 ya mostraba francamente bien la previsualización con sus 3 millones de píxeles, así que este es directamente una pasada.
El sensor de 45 megapíxeles se exprime al máximo a la hora de hacer ráfagas, una ristra de fotografías que puede llegar a alcanzar la cifra de 20 imágenes por segundo si optamos por el obturador electrónico, siendo de 12 si seleccionamos el mecánico. De nuevo, recuerdos de la R6. Pero claro, disparar 20 imágenes por segundo a 45 megapíxeles no es una labor sencilla de almacenar, y ahí es donde entra en juego las nuevas tarjetas.
Y sí, hablamos de tarjetas en plural porque esta R5 se ha atrevido a incluir dos ranuras, diferentes, eso sí. Por un lado, podremos insertar tarjetas SD y por otro las nuevas CFExpress que permiten alcanzar velocidades de escritura de 1.400 MB/S, como es el caso de la Sandisk que nos ha enviado el fabricante para las pruebas.
Si tienes una tarjeta SD de categoría V60, es posible que puedas disparar algunas ráfagas, pero llegará un punto en el que el buffer no pueda más y deba de descansar. Esto no ha ocurrido con la CFExpress, que se encarga de tragar todo lo que le eches sin rechistar.
Este modo de disparo es especialmente atractivo si lo combinamos con el autoenfoque que nos ofrece la cámara. En serio, es alucinante. La capacidad que tiene esta EOS R5 de enfocar al ojo, ya sea en personas o animales, es increíble, y resulta bastante difícil no sacar una buena foto a menos que no hayas expuesto y medido correctamente la escena.
Incluso cuando crees que es imposible enfocar, debido a las condiciones de luz, la cámara lo hace. La sensación que nos brinda es que somos capaces de realizar cualquier foto. Si a eso lo acompañas con un objetivo especialmente luminoso y nítido como el RF 28-70 f2.0 que hemos podido probar, los resultados son sencillamente de cine.
La sensibilidad ISO que es capaz de alcanzar es de 51200, aunque en nuestras pruebas hemos visto que 12.800 ISO puede ser el valor aceptable más alto con el que obtener imágenes sin demasiado ruido. Los 51200 sacan de apuros a nivel extremo, pero poco más.
Vídeo extremadamente detallista
Como ya hemos comentado anteriormente, una de las características estrella de esta cámara es que es capaz de grabar vídeo en formato 8K. Para que seas capaz de entender lo que serías capaz de grabar en este formato te hemos dejado varios ejemplos en el vídeo del análisis, y aunque sorprende, lamentablemente tenemos que confirmar que existen varios problemas con su uso.
El formato 8K nos va a dar una libertad de encuadre increíble y, además, su nitidez y detalle asombra de manera brutal. El nivel de detalle que podemos alcanzar en este formato es algo que cuesta creer, pero sólo hay que ver algunos recortes para comprobar que estamos hablando de capturas increíblemente nítidas. Pero tras toda esta fiesta de la innovación, hay varios problemas que comentar, y seguro que habrás escuchado sobre ellos.
Por un lado, tenemos el tamaño de los archivos y la potencia bruta que hace falta para moverlos. Si vas a grabar en 8K, necesitas un equipo extremadamente potente para editar el vídeo. El algo especialmente sorprendente y complicado de entender de primeras. En mi caso cuento con un reluciente y flamante MacBook Pro de 16 pulgadas con procesador Core i9, 16 GB de RAM y GPU Radeon Pro 5500M, pues bien, de nada me sirve, ya que no es capaz de reproducir el vídeo en programas como VLC o Quicktime.
Es importante mencionar que estamos hablando de la reproducción, por lo que ya te podrás ir haciendo una idea de lo que ocurre cuando quieres editar dicho vídeo en tus películas. Por si fuera poco, a todo esto hay que sumar el tamaño de los archivos resultantes, ya que en formato 8K ALL-I a 24 imágenes por segundo ha llegado a ocupar 1,84 GB para un clip de sólo 11 segundos. ¿Cuántas tarjetas hacen falta para grabar un vídeo? ¿Qué disco duro necesitarás para editarlo?
Pero a fin de cuentas, estos problemas desaparecerían con el tiempo, gracias a la llegada de nuevas máquinas más potentes, y tarjetas más económicas, por lo que son simplemente problemas a corto plazo con sencilla solución. El verdadero problema llega del interior, y no es otro que la temperatura.
Grabar en 8K, 4K a 120 imágenes por segundo o 4K en alta calidad, va a provocar que la cámara genere suficiente calor como para obligar una parada técnica para alcanzar el enfriamiento del sensor. Esto es algo que hemos visto en muchísimas cámaras mirrorless con función de vídeo, pero el problema se acentúa en esta EOS R5.
La razón no es otra que la capacidad de enfriamiento. Su cuerpo de magnesio sellado hace que el calor generado en su interior sea muy difícil de disiparlo, por lo que los sensores mantienen valores altísimos durante mucho tiempo, tanto, que se requiere más de una hora de reposo para volver a grabar.
Canon ha lanzado un firmware para intentar mitigar este problema, pero más allá de leer con mayor exactitud los valores de los sensores de temperatura, el problema del enfriamiento no ha llegado a mejorarse notablemente. En cuando el aviso de sobrecalentamiento aparece en la pantalla, la cámara necesita reposar con tranquilidad, obligando al usuario a olvidarse de ella por un tiempo, algo impensable en pleno trabajo de producción.
¿Es la EOS R5 la cámara definitiva?
Tras probar la EOS R6 sentimos que el modelo inferior es una cámara más híbrida, ya que el vídeo estaba bastante bien equilibrado con la foto (aun con ligeros problemas de calentamiento). En esta EOS R5 en cambio, debido a las limitaciones que sufre los modos de vídeo, creemos que la faceta fotográfica pesa muchísimo más que la del vídeo, por lo que, si estás buscando una cámara mirrorless para grabar vídeo, esta Canon te podría dar quebraderos de cabeza en plena faena.
Pero obviamente estamos ante un monstruo tecnológico que sorprenderá a cualquiera. Su extremada rapidez, y loquísima definición plantean un rendimiento fotográfico muy complicado de superar, y su excelente estabilizador y calidad de vídeo, son una magnífica opción de alta calidad para aquellos que no prioricen demasiado la grabación.