Aprende a usar tu cámara desde lo más básico

Si te gustaría dedicarte a la fotografía o simplemente es tu pasatiempo pero quieres mejorar, necesitas aprender y dominar los conceptos básicos de este ámbito. Hoy te explicamos todo lo que necesitas saber para adentrarte en el mundo de la fotografía ya sea con una cámara o con tu propio teléfono.

¿Cómo funciona una cámara?

Lo primero y lo más importante es que entiendas esta pregunta. Una cámara, ya sea la de un teléfono, una compacta o una mirrorless, es un dispositivo diseñado para captar luz y transformarla en la imagen que luego vemos en nuestra pantalla. ¿Cómo lo hace? Vayamos por partes.

Para hacer una fotografía, lo primero que necesitamos es una fuente de luz que puede ser: el propio sol, un foco, una lámpara o cualquier cosa que emita luz. Esa luz chocará sobre la persona u objeto que queremos fotografiar y luego reflejará una cantidad de luz determinada. Esta luz reflejada es la que nosotros capturaremos con nuestra cámara.

Dicha luz «rebotada» pasará en primer lugar por el diafragma de nuestra cámara, luego por el obturador para llegar finalmente al sensor. Este elemento final es el encargado de transformar esa información en una señal digital de 0 y 1, que luego el procesador interpretará para convertirla en la fotografía final que vemos en nuestra pantalla.

A modo resumen, este es el proceso que sigue cualquiera de nuestras cámaras actuales para realizar una instantánea. Y, para que esa fotografía se vea de una forma u otra, deberemos ajustar diferentes parámetros de nuestra cámara.

Las tres claves para aprender fotografía: ISO, obturación y apertura

Para comenzar a hacer fotos más profesionales, necesitas aprender los conceptos más básicos de la fotografía. Una vez que los conozcas y domines, podrás jugar con esos ajustes para hacer el tipo de instantáneas que desees.

Son muchos los conceptos que rodean a este sector pero, sin lugar a dudas, hay tres de ellos que son claves y por los que debes comenzar a investigar:

  • Sensibilidad ISO: este ajuste afecta directamente al sensor de nuestra cámara. Cuanto mayor sea la sensibilidad ISO que utilicemos a la hora de realizar una captura, mayor cantidad de luz habrá en la fotografía. Pero, aumentar este valor tiene un punto negativo y es que a más alto sea la ISO, mayor será la cantidad de ruido que aparezca en nuestra foto. Si quieres realizar una prueba para ver cómo afecta este ajuste, intenta quedarte totalmente a oscuras en una habitación y eleva el valor de la ISO hasta que veas a tu alrededor por la pantalla de la cámara, luego haz una fotografía. Como verás en el resultado final, la calidad de esta es bastante baja y, además, aparece un grano en ella que no es precisamente atractivo.

  • Apertura de diafragma: el diafragma es, como ya te comentamos hace unos párrafos, el primer «filtro» por donde pasa la luz del objeto que queremos fotografía. Son una serie de palas que, dependiendo del valor que coloquemos de apertura (representado con valores de que pueden ir desde el f/1.4 al f/32, en la mayoría de casos) entrará más o menos luz hasta el sensor. Cuanto menor sea el valor de «f» más abierto estará este diafragma y, por lo tanto, mayor cantidad de luz pasará. Además, esto este parámetro afecta directamente a lo que se conoce como la profundidad de campo, que no es más que el porcentaje de la imagen que está enfocada. Cuanto menor sea el valor de «f» menor será la profundidad de campo y, por lo tanto, más desenfocado estará el fondo respecto al elemento a fotografiar.

  • Velocidad de obturación: este parámetro representa el tiempo que permanece abierto el obturador desde que apretamos el botón para hacer la foto hasta que esta se realiza. La velocidad de obturación se representa en segundos y, normalmente, la veremos en fracciones de segundo quedando valores como 1/50, por ejemplo. Cuanto mayor sea el tiempo que permanezca abierto el obturador, más luz captará el sensor y, por lo tanto, mayor luminosidad tendrá la fotografía. ¿Cuál es el problema de aumentar demasiado este valor? Pues que cuanto más alto sea, más fácil será que nuestra fotografía aparezca movida.

La suma de estos tres parámetros forman lo que se conoce como el triángulo de exposición. Este representa cómo variará los distintos parámetros de la imagen en función de qué valor tomen la ISO, la velocidad de obturación y la apertura del diafragma. Y, por lo tanto, qué efectos tendrá el «configurar» tu cámara de dicha forma.

Otros conceptos básicos de la fotografía

Además de estos tres elementos clave para la fotografía, existen multitud de conceptos interesantes que poco a poco deberías aprender para conocer todo sobre este ámbito. A continuación te hablamos de los principales conceptos con los que ya te deberías ir familiariazando.

¿Qué son los megapixeles?

Esta es una de las preguntas más recurrentes. El sensor de nuestras cámaras está compuesto por lo que se conoce como megapíxeles que equivalen a un millón de píxeles. Los píxeles son las unidades más pequeñas de las que están compuestas nuestras fotografías y, en el sensor, representan la unidad más pequeña capaz de captar luz.

Cuanto mayor sea el número de megapixeles de una cámara mayor será la resolución de esta y, por lo tanto, mayor será su peso. Un mayor número de estas unidades de medida nos puede ser muy útil si queremos imprimir una fotografía a gran escala sin que esta se vea pixelada.

Temperatura de color y balance de blancos

De forma sencilla, podemos definir el término de la temperatura de color como un valor en Kelvin (K) que expresa lo «azulada» o «anaranjada» que es una iluminación dentro del espectro lumínico. Este se representa con valores que van desde los 1.000 K hasta los 12.000 K, donde la luz del Sol estaría al rededor de los 6.500 K.

Por otro lado, el balance de blancos es un parámetro que nos permite ajustar correctamente los colores básicos (rojo, verde y azul) de nuestra cámara para que, de este modo, el equipo los represente de forma correcta. Si el balance de blancos de a ajustado bien, veremos el color blanco correctamente y no con tonos azulados o anaranjados. Si no es así, es que el valor de la temperatura de color no es el adecuado y, por lo tanto, deberemos volver a realizar el balance de blancos.

¿Qué es un archivo RAW?

Cuando realizamos una fotografía estamos capturando la imagen y almacenándola en un archivo que puede tener distintos formatos. El más común es el JPG que, si bien es suficiente para la mayoría de situaciones, se trata de un archivo bastante comprimido para ahorrar espacio a costa de dejar atrás cierta información de la captura.

Por otro lado tenemos el RAW. Un formato sin compresión y que, por lo tanto, alberga la máxima cantidad posible que puede recoger el sensor de nuestra cámara de la fotografía que estamos tomando. Los archivos raw nos dan la posibilidad de editar con mayor profundidad y detalle nuestras fotos pero, eso sí, el peso de estas es bastante superior en comparación con el JPG.

Por lo tanto, si sabes que vas a editar las fotografías después de tomarlas, te recomendamos encarecidamente que las captures en ese formato crudo, sin procesar.

Estos son algunos de los conceptos básicos que debes conocer del mundo de la fotografía. Si tienes dudas sobre alguno de ellos, no dudes en dejarnos un comentario e intentaremos resolvértela lo antes posible para que puedas dominar estos conceptos rápidamente.


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