¿Sabes de esas contadas series en las que a media que avanzan los capítulos todo se pone más y más interesante sin desfallecer en ningún momento? Pues eso es justo lo que podemos pensar tras ver el capítulo 3 de Watchmen, con un fantástico planteamiento que nos presenta a un nuevo y grandioso personaje: Laurie Blake.
Watchmen 1×03: She was killed by space junk
Por lo general una serie de TV tiene capítulos buenos seguidos de otros más flojos que a veces incluso nos hacen sentir que han sido un poco de relleno. No parece que en Watchmen vayamos a vivir eso en ningún momento. Con un arranque fantástico y un segundo capítulo a la altura donde se planteaban muchos interrogantes, la serie llega con un tercer episodio entretenido, lleno de referencias y con un nuevo personaje del que no quitarás los ojos de encima: Laurie Blake.
Esta mujer llega a Tulsa -después de arrestar en un banco a alguien que se parece mucho a Batman, ejem- dispuesta a investigar el asesinato del jefe de policía Judd Crawford por petición del senador. Desde el principio el espectador intuye que Blake tendrá un peso importante en la serie, algo que se va descubriendo a medida que vemos quién es: una inspectora del FBI que antiguamente formó parte de un equipo de héroes justicieros -fíjate en el cuadro que tiene colgado en su casa.
Sus otros tres compañeros eran Dr. Manhattan (con el que parecer andar obsesionada, mandándole mensajes a través de unas extrañas cabinas que envían mensajes de voz al planeta Marte, por no hablar del objeto que lleva en su maletín), Búho Nocturno y el mismísimo Ozymandias -este, por cierto, ya nos ha confirmado su identidad (aunque la imaginábamos), cuando en una secuencia firma una carta como Adrian Veidt.
Laurie Blake está convencida de que tras el asesinato de Crawford hay algo más y que no ha sido la Séptima Kaballería la responsable. También cree que Angela lo tenía (y lo tiene) tan idolatrado que es incapaz de ver quién era realmente el jefe de policía, sobre el que se vuelven a depositar muchas dudas acerca de si era o no trigo limpio.
Los fieles lectores del cómic de Watchmen habrán disfrutado como enanos con este capítulo. Y es que hay numerosas referencias a la historia original. La mera aparición de Blake -maravillosamente interpretada por Jean Smart– ya es todo un guiño al papel, ya que se trata de Espectro de Seda, hija de Sally (la primera Espectro de Seda) y Edward «El Comediante».
Laurie Blake termina siendo novia de Dr. Manhattan en la historia de los cómics (de ahí su fijación con él) y después de «Búho Nocturno». De hecho, en el capítulo se puede ver cómo Laurie accede a viajar a Tulsa a cambio de conseguir que indulten a Búho Nocturno, que está en la cárcel. Los propios chistes que cuenta en la cabina son referencias a la historia original, conformando un conjunto de comentarios solo apto para fans.
En cuanto a Adrian Veidt, continúa inmerso en su particular entorno y en sus experimentos (cargándose a todos los clones que haya falta con ello), siendo la primera vez que lo vemos vestido de Ozymandias –parece que dispuesto a enfrentarse al guarda del coto que le prohíbe cazar.
En esta ocasión Angela Abar tiene menos peso, a pesar de encargarse de desviar el efecto del hombre-bomba, y es que aparece bastante poco en escena y, cuando lo hace, Laurie Blake -en serio, el personaje es fantástico- se la come. Será interesante ver cómo evoluciona la relación de estas dos mujeres condenadas a entenderse aunque no parece que Angela vaya a poner las cosas fáciles.
Como siempre, el episodio abre otras muchas puertas que esperemos que se vayan solucionando pronto como dónde está el abuelo de Ángela, por qué Veidt está tan obsesionado con su último experimento o qué tiene Laurie Blake en la cabeza. ¿Resolveremos alguno de estos misterios en el cuarto?