El castillo de naipes de Huawei se está desmoronando a una velocidad de vértigo. Las presiones que gobierno de Estados Unidos está ejerciendo a todas las empresas del país están surtiendo efecto, y Huawei está viendo como empresas clave para el desarrollo y fabricación de sus dispositivos están desapareciendo de un día para otro.
Huawei se queda sin el diseño de sus procesadores
Tras golpes como el abandono de Google, Intel o Qualcomm, parecía que la compañía tenía más o menos planificada una vía de escape con un sistema operativo propio en la recámara y sus propios procesadores, sin embargo, parece que la última opción podría quedar descartada tras el último anuncio.
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ARM, encargada del diseño y planificación de la arquitectura de muchísimos chips del mercado, ha anunciado que ha cancelado todos los contratos, colaboraciones y compromisos pendientes con Huawei debido a la prohibición de Estados Unidos. Lo sorprendente es que ARM es una compañía que tiene sede en Reino Unido y que pertenece al grupo japonés Softbank, sin embargo, la compañía asegura que muchos de sus diseños incluyen tecnología con origen en los Estados Unidos, así que piensan que ignorar la prohibición de Estados Unidos podría afectarles gravemente.
La duda está en si verdaderamente ARM ha tomado esta decisión por su propia cuenta o ha recibido cierta recomendación llegada desde las altas esferas.
Sin sistema operativo y ahora sin procesadores
Hasta ahora, Huawei se encargaba de comprar las licencias necesarias para utilizar los diseños de ARM en sus procesadores Kirin, algo que, a partir de ahora, no volverá a ocurrir. Con este panorama, a Huawei se queda sin diseños, por lo que estaría inhabilitada para poder producir sus propios procesadores, algo que destruiría por completo su rama de dispositivos móviles.
Según declaraciones realizadas por la propia compañía a The Verge, lamentan las presiones políticas a las que se están viendo enfrentadas muchas compañías en todo el mundo.
Valoramos nuestras relaciones cercanas con nuestros socios, pero reconocemos la presión que sufren algunos de ellos como resultado de decisiones motivadas políticamente. Estamos seguros de que esta lamentable situación se puede resolver, y nuestra prioridad sigue siendo continuar brindando tecnología y productos de clase mundial a nuestros clientes en todo el mundo.
La situación es crítica en la compañía China, así que ya veremos qué estrategia deciden implementar. Sin sistema operativo había esperanzas, pero sin procesadores, la cosa se complica todavía más. ¿Lo peor? La confianza de los usuarios está por los suelos.
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