La batalla de Epic en contra de las normas de la App Store de Apple no ha terminado. Faltaría más. La compañía sigue en la lucha y ahora cuenta con un grupo de aliados con los que hacer frente al, según ellos, monopolio injusto que es hoy en día la tienda de aplicaciones de Cupertino.
Nace la Coalición por la justicia de las aplicaciones
Con la idea de hacer piña y poder hacer frente a un gigante como Apple, las empresas de más renombre que han hacho pública su inconformidad contra las normas de la tienda se han unido para dar vida a lo que han llamado la Coalition for the App fairness. El grupo está formado por Epic Games, Spotify, Basecamp, Match Group, Tile, Blix y Deezer, y la idea no es otra que la de crear un altavoz común en la que las empresas afectadas que no tengan recursos puedan pelear por modificar las políticas de la App Store.
Según los creadores del grupo, cualquier empresa, por pequeña que sea, podrá formar parte del grupo si se compromete a proteger “las opciones de los consumidores, fomentar la competencia y crear un campo de juego equilibrado para todos los desarrolladores de aplicaciones y juegos a nivel mundial”.
El lío del 30%
Como no podía ser de otra forma, el objetivo principal que tienen entre ceja y ceja es la de reducir ese 30% de impuesto que existe en la App Store para todas aquellas ventas realizadas a través de la plataforma de Apple. Consideran que se trata de un impuesto abusivo que no ayuda a fomentar la creación de nuevas aplicaciones, especialmente ahora que la mayoría de ellas incluyen compras dentro de la aplicación, y donde Apple también tiene su trozo del pastel.
Pero hay más. Otro de los puntos importantes a demandar está relacionado en la falta de otras opciones competitivas, ya que Apple controla la publicación de determinadas aplicaciones en favor de su ecosistema. El último gran ejemplo lo encontramos en la publicación de Project xCloud, el servicio de juego en streaming de Xbox que ha encontrado infinidad de problemas y que sigue sin publicarse en la App Store.
Y por último la manera en la que favorece Apple a sus servicios, ya que acotando la llegada de nuevas aplicaciones y seleccionando a dedo quién entra en la App Store o no, al final siembre beneficia a que la compañía tenga la atención de los usuarios en sus propias aplicaciones.
El código de conducta
La meta final es establecer un código de conducta que no sólo se tenga que aplicar en Apple, si no en todas las plataformas del mismo tipo que tengan la función de distribuir y vender aplicaciones. Ya veremos en qué termina todo esto, pero con la agrupación de empresas como las que hemos comentado, parece que vamos a alcanzar un nuevo nivel en este culebrón de litigios y denuncias a todo trapo. La pregunta es… ¿quién ganará? Esperemos que los usuarios.